Un hombre italiano descubrió en su casa un cuadro antiguo que resultó ser una obra de Pablo Picasso, que si se confirma su autenticidad podría estar valuado en aproximadamente 6.6 millones de dólares, y el cual estuvo escondido durante décadas porque su madre lo odiaba.
Andrea Lo Rosso dijo que su padre, Luigi, que trabajaba como comerciante de chatarra, estaba limpiando un sótano en una casa en Capri, Italia, en 1962 cuando se encontró con la pintura.
“Mi padre era de Capri y recolectaba chatarra para venderla por casi nada”, dijo el hijo de Lo Rosso, que ahora tiene 60 años.
El hombre nunca se dio cuenta de la firma
Pero a pesar de la firma distintiva en la esquina superior izquierda, Lo Rosso de alguna manera no se dio cuenta de que estaba ante la obra de un pintor famoso. Aunque la esposa de Luigi encontró la pintura horrible, él la puso en un marco barato y la exhibió en la pared de la sala de estar de su casa en Pompeya y la conservó durante décadas.
Andrea sospechó que se trataba de un verdadero Picasso, pero después de muchos años, finalmente decidió trabajar en la verificación de la firma del pintor español.
“Cuando leía sobre las obras de Picasso en la enciclopedia, miraba la pintura y la comparaba con su firma. Le decía a mi padre que era similar, pero él no lo veía”
Buscando la ayuda y orientación de varios expertos locales, incluido el reconocido detective de arte Maurizio Seracini, la familia soportó varios meses de investigaciones sobre la pintura, hasta que finalmente la grafóloga Cinzia Altieri, miembro del comité científico de la Fundación Arcadia, confirmó que la firma era de Picasso.
Expertos validarán su autenticidad
Se cree que la obra fue pintada entre 1930 y 1936 y que es un retrato de la amante de Picasso, la fotógrafa y pintora francesa Dora Maar, quien estuvo vinculada al pintor hasta su ruptura en 1945.
Aunque Luigi falleció antes de que se autenticara la pintura, Andrea prometió seguir intentando hacerlo. La Fundación Picasso en Málaga, España, tendrá la palabra final sobre la autenticidad de la pintura, pero hasta entonces, se encuentra actualmente en una bóveda en Milán.
“Tengo curiosidad por saber qué dicen. Somos una familia normal y el objetivo siempre ha sido establecer la verdad. No nos interesa ganar dinero con ello”, aseguró a The Guardian.