¿La jirafa ‘Benito’ mirirá congelado? Esto debe tener un zoológico para darle una buena vida

Recientemente PROFEPA confirmó que no se ha cumplido con el plan de manejo de la jirafa residente del zoológico de Chihuahua

MILENIO

Los zoológicos son lugares que suelen dividir opiniones, no solo de visitantes, sino también de veterinarios, biólogos y activistas: por un lado son considerados espacios educativos y de conservación, por otro, son señalados como ‘cárceles’ que tendrían que ser erradicadas.

En México, recientemente se abrió el debate sobre la forma en que garantizan el bienestar animal, pues se reportó el caso de Benito’, una jirafa residente del Parque Central de Ciudad Juárez, Chihuahua que se encuentra expuesta a las inclemencias del tiempo.

Algunas personas temen que muera congelada, pues no cuenta con un espacio que le proteja de las bajas temperaturas que se han presentado en la región. La propia Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) confirmó, tras una visita a su recinto, que el Parque no ha cumplido con las recomendaciones emitidas para brindar a ‘Benito’ una vida tranquila, por lo que ya procedió legalmente.

Sin embargo, para que un animal goce de bienestar no solo se tiene que considerar un lugar en el cual pueda resguardarse, sino también otros factores clave que se toman en cuenta dentro de La Estrategia Mundial para el Bienestar Animal de la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios (WAZA, por sus siglas en inglés).

Cinco claves para un ‘Zoológico del Bienestar’

Actualmente existen tanto leyes como iniciativas que proponen incidir en la manera en que estos espacios son gestionados y así garantizar una buena calidad de vida para los animales.

De acuerdo con InfoZOOS —proyecto diseñado e impulsado por AAP Primadomus (Animal Advocacy and Protection)— hay cinco principios que todo zoológico debe cumplir para garantizar el bienestar de los animales y que de hecho, están contemplados en la NMX-AA-165-SCFI-2014, norma mexicana en la que se establecen las pautas para los 35 zoológicos que hay en México.

¿Cómo vive Benito, la jirafa de Ciudad Juárez que buscan trasladar a Puebla?
Benito, la jirafa de Ciudad Juárez que buscan trasladar a Puebla. | Foto: Especial

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La alimentación es un punto básico para cubrir las necesidades físicas y funcionales de cualquier animal.

En el caso de aquellos que viven en cautividad, sus alimentos no solo deben cumplir con los requerimientos nutrimentales sino que también debe ser una experiencia placentera, con tiempos establecidos, calidad y presentación, lo cual no significa que se le daba dar su comida deshuesada, lavada, cortada y servida en un plato.

“Quizás esto le resulte práctico a los cuidadores, pero, para los animales éste método es totalmente falto de interés y tampoco les permite mantenerse mentalmente (y físicamente) ocupados y estimulados. La presentación, la frecuencia y el equilibrio nutricional de las comidas debería reflejar el comportamiento alimentario y la dieta del animal en estado salvaje”, señala el documento Guía de las Cinco Libertades y su aplicación a los animales silvestre en cautiverio.

 

Respecto a la bebida, el suministro de agua fresca debe ser permanente y encontrarse en un lugar accesible. Cuando estos puntos no se cubren suele ser más que evidente en los animales, ya que se llega a verse reflejado en un cambio de peso y/o condición corporal o incluso en agresiones contra cuidadores durante la alimentación, lo que indicaría que aún tienen hambre, según lo señalado por WAZA.

Un hogar

El hecho de que un animal cuente con un recinto para vivir no necesariamente significa que ya se cumplió con una necesidad básica. Para que sea realmente un hogar debe contar con diversas características como por ejemplo: que cuente con protección contra la lluvia, el calor, frío o el sol directo.

Además, el diseño debe permitir a su residente moverse con libertad y desarrollar su día a día fácilmente. Esto no se toma a la ligera, de hecho, hay paisajistas que se dedican a ello, eligiendo las rocas, vegetación, la ubicación del agua y demás elementos con los que se busca crear espacios que se asemejen al hábitat natural de cada especie.

“Albergar a un animal en un lugar estéril, totalmente desprovisto de todo, sin enriquecimiento ambiental, sin ‘mobiliario’, tendrá un efecto negativo en su bienestar”, indica el informe Animal Welfare and the Five Freedoms.

Hay elementos observables que permiten saber si un animal se encuentra a gusto en su hogar o no, por ejemplo, lesiones derivadas de restricciones de espacio, comportamientos negativos ante temperaturas extremas y/o signos de irritación.

En el caso de ‘Benito’, la organización Peta Latina destaca que la jirafa no está preparada para enfrentar temperaturas que descienden por debajo del punto de congelación, además, acusan que en su recinto ni siquiera hay árboles, elemento de vital importancia, tomando en cuenta que el cuello de las jirafas se adaptó evolutivamente para alcanzar su alimento.

Cuidado de su salud

La presencia de lesiones, cambios en el comportamiento (como afección, apariencia, vocalización, alteraciones de movimiento) así como la presencia de infecciones, fiebre y aumentos en la frecuencia cardíaca son señal evidente de que algo no anda bien.

Es por ello que resulta tan importante la participación de médicos veterinarios, mismos que tienen bajo su responsabilidad la salud de los animales, lo cual no es tarea fácil, pues los cuidados se deben ir ajustando no solo a cada especie sino también al periodo de vida del animal: las medidas que se adoptan para mantener la salud de una jirafa bebé no son las mismas que para una de edad avanzada.

Socializar y ‘expresarse tal cual es’

Todo animal que vive en un zoológico debería tener la posibilidad de expresar sus pautas normales de comportamiento. Esto implica que los cuidadores “permitan una estructura social similar a la que se presentaría en un estado silvestre”, así como un equipamiento óptimo del recinto, explica la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios.

En libertad, las jirafas jóvenes suelen pasar sus días deambulando, pastando y socializando, lo cual dista de la realidad de ‘Benito’, que se encuentra solo en su recinto.

Un lugar libre de estrés

Miedo, angustia, depresión y estrés, son algunas de las situaciones a las que pueden estar expuestos los animales en cautivero. Es por ello que el diseño de los recintos debe ofrecer áreas para escapar y tener intimidad ante otros animales o ante el público, esto a través de:

  • Una distancia de amortiguación entre el público y los animales
  • Barreras visuales para que el animal pueda utilizar
  • Vías de escape para esconderse

Hasta el momento en que se escribe esta nota, el futuro de ‘Benito’ es incierto, pues aún no se sabe si su rescate será concretado, lo que sí es seguro es que cualquier zoológico que se convierta en su nuevo hogar deberá acatar los requerimientos de ley para ello.

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