Habitantes de San Miguel Aloapam arribaron a Ciudad Administrativa

Águeda Robles

Habitantes de San Miguel Aloapam arribaron  a Ciudad Administrativa con el objetivo de exigir que no sean liberados los asesinos de cuatro de sus pobladores quienes en 2006 fueron masacrados en el paraje “Loo Lihlii Taladdi”.

Con la bandera a media asta, una misa y coronas florales, la comunidad perteneciente a Ixtlán de Juárez conmemoro el noveno aniversario luctuoso de cuatro de sus pobladores que fueron asesinados en “Agua Paloma”.

LA HISTORIA

El gusano descortezador, una plaga capaz de destruir bosques enteros; no solo ha creado un daño ecológico al medio ambiente de San Miguel Aloapam, sino que también ha enfrentado a dos comunidades, que hoy irremediablemente luchan por conservarse.

El municipio perteneciente al Distrito de Ixtlán de Juárez detectó la plaga del gusano descortezador  en 2007 entonces comenzó un problema de plaga en esta comunidad; los manchones rojizos invadieron el paisaje verde.

Entrevistado el Tesorero de bienes comunales Ubaldo Cruz, aseguró que la plaga del gusano descortezador daño de 1986 a 2007, 13 mil hectáreas lo que lanzó la alerta a la población quien intentó parar el problema a través de una poda controlada.

Lanzaron entonces la convocatoria para asistir a un día de tequio comunitario retomando los métodos ancestrales de las comunidades. Acudieron decenas de personas a estos trabajos con machetes, hachas, motosierras  y otras herramientas de trabajo.

Sin embargo, cuando se encontraban en el paraje “Loo Lihlii Taladdi” en español “Agua Paloma” fueron atacados con disparos por habitantes de San Isidro Aloapam, quienes enviaron a sus mujeres a la cabeza de la agresión, llegando más tarde hombres armados quienes hicieron la ejecución de cuatro habitantes.

El terror se hizo presa de todos, en medio de una confusión  en donde se escuchaban balazos y gritos; algunos pobladores armados de valor detuvieron a dos agresores, aun cuando fueron apedreados y golpeados lograron salir del lugar.

Llevaron a los responsables a su comunidad y en ese punto fueron entregados a las autoridades para iniciar las investigaciones y el castigo correspondiente, sin embargo hasta hoy no ha existido justicia pues no se ha dictado sentencia a los responsables.

Plenamente fue identificado como uno de los que disparo a quema ropa, Pablo Alavés Mendoza quien hoy permanece recluido en el penal de Etla, pero se corre el riesgo de que sea dejado en libertad pues existen grupos y organizaciones civiles que piden por él.

Ellos –las organizaciones- no saben cómo sucedieron los hechos realmente y defienden a alguien que tiene manchadas las manos con sangre, sangre de padres, que no verán crecer a sus hijos, de hijos que no verán morir a sus padres.

Además del daño que han causado a las familias que quedaron enlutadas, también los bosques sufrieron pérdidas que hasta el día de hoy no se han podido rescatar. Pues después de los lamentables hechos las autoridades no dejaron que se combatiera la plaga y el problema incrementó.

Desde 2007 a la fecha cientos de hectáreas han dejado de servir, pues el gusano descortezador ha seguido invadiendo los árboles. “Por más que plantamos, la plaga sigue invadiendo, pues es muy caro combatir sin ayuda de los Gobiernos el problema”, sostuvo el representante comunal.

TESTIMONIO.

Benita Santiago Cruz, madre de Matildo Méndez Santiago con lágrimas en los ojos narró como aquel domingo alrededor de las 10 de la mañana le avisaron que habían matado a su hijo.

Tenía solo 29 años, era un joven alegre sin vicios que se preocupaba por su familia y que había cargado por mucho tiempo con la responsabilidad de mantener a su madre y hermanos luego de que su padre los abandono.

“Ahora lo que quiero con el gobierno, es que se sentencie a ese señor, ya hemos ido a las oficinas del gobierno pero no sabemos porque no sale la sentencia, pero si sabemos que ellos están con sus organizaciones…. mira ahora, quien me va a traer un poco de leña, quien me va ayudar, si me mataron a mi hijo”, relata.

Con profundo dolor en la tumba de su hijo que yace con flores como cada año, narra cómo durante unos años su hijo salió un tiempo a trabajar a Tijuana, desde ahí enviaba el dinero para mantener a sus hermanos.

Acababa de regresar cuando convocaron al tequio, aceptó ir porque su hermano no podía, él no estaba en la lista de convocados pero era su pueblo, era su gente, era bosque y entendió que debía cumplir con su deber, y lo mataron, dijo.

“Ya vino uno de derechos humanos, el 5 de noviembre fuimos allá a las cruces y así les dije, todavía este pablo está en la cárcel, si un día quiere su familia verlo, está vivo y mi hijo dónde en vez que va estar pues se está pudriendo y ahora pues quien me va ayudar, quiero que me ayuden a que este recado llegue al gobierno para ver que oficinas vienen para que nos hacen caso, digo que ya fueron haya pero no hacen caso para que saquen su sentencia, venimos a ver si es cierto o no es cierto”, expreso.

Exigió no salga de la cárcel quien mató a su hijo y se detenga a quienes estuvieron inmiscuidos en estos asesinatos.

NO HAY APROVECHAMIENTO DEL BOSQUE

La lacerante contaminación por la plaga del gusano descortezador ha provocado que las familias que vivían de la venta de madera y sus derivados enfrenten una crisis.

Para sacar la madera contaminada, seca o podrida se tiene que pagar la misma cantidad que si fuera utilizable. Además de ello los aserraderos pagan barato y se tiene que gastar para fumigarlo y combatirlo.

Combatir la plaga es muy caro, pues el líquido que se utiliza para matar al gusano cuesta por litro 800 pesos, y solo da cobertura a un área de 50 metros lo que abarca un aproximado de 15 árboles, por lo que actualmente la falta de recurso a provocado que haya hasta el momento 125 hectáreas dañadas, expuso el comisariado.

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