Los jóvenes deben ser escuchados y acompañados: Arquidiócesis

A través del editorial del Semanario Desde la Fe, la iglesia católica hizo el llamado para que de esta forma el mensaje que dejó el papa Francisco sea escuchado.

EXCELSIOR

Los jóvenes deben ser escuchados y acompañados, para que dé frutos el mensaje que les dejó el papa Francisco en la 37 edición de la Jornada Mundial de la Juventud, que se realizó en Portugal, entre el 1 y 6 de agosto, recomendó la iglesia Católica a través del editorial del Semanario Desde la Fe.

 

La mayoría de los jóvenes han regresado a sus países de origen, encontrándose de nuevo con esas realidades hirientes, y es muy probable que muchos de ellos pronto caigan de nuevo en la desilusión y el desánimo de la vida.

 

“Es ahí donde encontramos el primer gran desafío, principalmente como Iglesia: acompañarlos para que la semilla que el Papa ha sembrado en su corazón dé frutos”, se indicó.

En el editorial de la publicación de la Arquidiócesis de México se explicó que el papa Francisco reconoce los retos y dificultades que enfrentan los jóvenes en sus países.

Aprovechó Lisboa para establecer un mapa de ruta de acompañamiento a los jóvenes en sus realidades concretas, marcadas por un furioso ritmo de vida, las drogas, la violencia, la delincuencia, la falta de empleo y de oportunidades, altos costos de la vida, ideologías y demás situación que han llevado a la juventud a un desinterés o miedo por formar una familia y tener hijos. Eso le preocupa al Papa”, detalló Desde la Fe.

 

Se explicó que el obispo de Roma recomendó a la Iglesia y a la sociedad tres acciones para llevar ese acompañamiento a la juventud, tras su encuentro en Lisboa, en el que está incluida la educación.

El Pontífice nos compartió en Lisboa por lo menos tres claves, tanto a la Iglesia como a la sociedad: trabajar en la educación, en el cuidado de la Casa Común y en la fraternidad, vivida, ésta, con gestos concretos de amor.

“En este sentido, el Santo Padre ha sido muy directo con los jóvenes al pedirles que no dejen de tenderle la mano al necesitado, sin asco a tocar las miserias humanas”, señaló el editorial.

Agregó que, en ese acompañamiento, deben estar presentes la Iglesia y toda la familia, incluida la experiencia de las personas adultas mayores.

Y es aquí donde emergen dos nuevos retos que involucran a la Iglesia y a las familias: hacer presente la ternura de Jesús para enjugar las lágrimas de los jóvenes, muchas veces escondidas; y ayudarlos a levantarse, haciéndoles conscientes de que tienen raíces familiares fuertes.

“Porque el Papa no ha dejado de lado a los abuelos: antes y después de la Jornada Mundial de la Juventud ha pedido acogerse a su sombra y contagiarse de su sabiduría”, indicó.

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