“Aquí estaba nuestro futuro”: Desplazados en Zacatecas visitan sus casas y hallan saqueos

La señora Mónica tiene ocho meses que huyó de la comunidad de Sarabia, su rostro no puede ocultar la tristeza de tener que escapar de la violencia. “Siento que anda uno rodando”, refirió la jerezana.

La esperanza se esfumó al llegar a Sarabia. Sus pobladores descubrieron cómo las viviendas, por más que trataron de protegerlas, fueron saqueadas.

Doña Silvia, tan pronto abrió la puerta de su casa, se encontró que la habían robado. “Sí, y mire aquí, dejaron los sillones, pero no dejaron lo de atrás. Aquí estaba un tocador, no lo dejaron. Aquí estaba la estufa y todos los trastes bonitos“, lamentó la habitante.

Todas las viviendas fueron abiertas y saqueadas, las tiendas, como la de doña Flor, fueron vaciadas por completo, apenas dejaron algunos chocolates rancios en la vitrina.

“Todo estaba muy bien, aquí estaba nuestro futuro, pero vea”, señaló doña Flor entre lágrimas.

Incluso las mascotas, quienes intentaron defender los hogares de los hombres armados, terminaron con una muerte violenta. Spike fue uno de ellos, el perro blanco criollo yacía abatido con muestras de tortura a pocos metros de la puerta.

El conteo de los daños ascendía con cada puerta que se descubría abierta. Es el despojo de una vida entera de trabajo, dijo don José, un hombre de edad adulta originario de Sarabia.

“Una tristeza, como si recién hubiera nacido, como si acabara de. Es como cuando me crie aquí y que me casé la primera vez, cuando no tenía nada y que salí a la aventura. Así me siento”.

Hasta el momento no existe un solo programa gubernamental para apoyar a las familias exiliadas por la violencia, los recursos ya se acabaron, denunció doña Silvia, quien teme que cualquier día la dejen en las calles de la cabecera municipal de Jerez, por no poder pagar la renta.

“Queremos ayuda, queremos seguridad en el rancho para venirnos a vivir, estamos pagando renta, queremos ayuda para la renta. Ya no hallo qué decir, necesito muchas cosas, no tenemos casa en Jerez y nos cobran muy caro”.

Los pobladores de Sarabia visitaron sus hogares después de haberlo abandonado hace un año. Estuvieron seis horas en el lugar, trataron de rescatar una parte de su pasado y subieron algunas pertenencias en camiones, grúas y camionetas para intentar rehacer su vida en otra parte.

Con tristeza y coraje, el señor Raúl reclamó que el gobierno los dejó abandonados. “Que ya tome cartas en el asunto el señor Presidente, porque no semos (sic) dos o tres gentes, ¡ésta es la comunidad de Sarabia!, pero faltan todas las otras comunidades y así están todos, esperando volver. Que le pongan más ganas, que nos atiendan y que busquen el modo.

El gobierno prometió escoltar a las familias afectadas para que pudieran visitar sus hogares en todas las comunidades vacías a causa de la violencia. En ningún caso se trata del regreso de los habitantes desplazados.