En Oaxaca, productores rescatan producción del ‘oro azul’, colorante natural extraído de plantas

Su elaboración se remonta a la época prehispánica. Su color y facilidad para teñir prendas se hizo popular desde el siglo XVIII.

MILENIO

Se le conoce como el “oro azul”, es el añil, colorante natural que se extrae de la planta conocida como “Jiquilite”, que se cosecha en los cerros de Santiago Niltepec, en la región istmeña de Oaxaca.

De acuerdo a Paulino Toledo, su elaboración se remonta a la época prehispánica. Su color y facilidad para teñir prendas se hizo popular desde el siglo XVIII.

“Al añil también se le conoce como oro azul, por su gran valor en el patrimonio cultural, por la conservación que ha tenido en este pueblo en los siglos pasados.
“Llegó a ser un cultivo tan importante, que la mayoría de las familias de Niltepec se dedicaban a ello”, dijo.

Nuevas generaciones no protegen el llamado oro azul

El tiempo se les esta acabando a los guardianes del llamado oro azul, el desinterés de las nuevas generaciones y su principal enemigo, el tinte sintético pone en riesgo esta actividad ancestral, así lo informó Manuel Valencia, productor de añil, quien ve con tristeza que cada día sean menos los que se dediquen a este oficio.

“Si se siente una gran tristeza, pero como vemos acá, no hay más productores que los que estamos aquí nosotros nada más.
“Los pioneros de este negocio, muchos ya fallecieron, pero vemos que los jóvenes, son muy pocos, muy pocos, los que se quieran seguir con la tradición del añil, que esta actividad se vaya desapareciendo poco a poco”.

 

¿Cómo es el proceso de siembra del Jiquilite?

El “Jiquilite” debe sembrarse en los meses de mayor calor, a poca profundidad, la jornada comienza a las 6:00 horas del día, después del corte, se colocan 32 tercios de esta planta en una de las piletas.

Tras agregarle agua suficiente, para que comience la fermentación, aquí pasará 15 horas, tiempo suficiente para que el añil se desprenda de la planta, de ahí a la siguiente etapa.

Hernesto Contreras Meza, artesano con más de 30 años de experiencia, aprendió el oficio de su padre, él es la cuarta generación, él se encarga de sellar con lodo la pileta, para después comenzar a extraer la tinta.

 “Se le da puerta de la primera pila, cuando deja de hervir, que son de 12 a 14 horas y se pasa a esta pila del batido”.

El “Jiquilite” debe sembrarse en los meses de mayor calor. (Foto: especial)
El “Jiquilite” debe sembrarse en los meses de mayor calor. 

Para separar la tinta del agua, los productores de añil utilizan una planta local llamada “gulabere”, una especie de pegamento natural, que ayuda a que la tinta se asiente en fondo de la pileta.

Manuel, quien se encarga de sacar la tinta para llevarla a secar, dijo que esta es la parte más importe del proceso, de ello depende la calidad de la tinta.

“Sirve como una especie de cuajo el “Gulabere” lo hace es separar el agua de la tinta, la tinta se queda en el fondo y el agua queda hacia arriba”.

Después de seis meses desde la siembra y el proceso de extracción completamente artesanal, finalmente los productores obtienen esta pasta, que ponen a secar al sol sobre tejas, hasta deshidratarla, de ahí ya se puede utilizar como tinte para prendas de vestir.

Gracias al esfuerzo de autoridades y artesanos de esta población, el añil está volviendo a tener un auge, con talleres buscan impulsar su uso a nivel estatal y nacional.

 

Prevén talleres para fomentar la producción

Para Froylan Medina, alcalde de Santiago Niltepec, para mantener viva la producción del añil, es difundir su uso, así como mostrar el proceso artesanal, para ello, realizarán una serie de talleres, que permita compartir el conocimiento y la venta de sus productos.

 “El principal objetivo de esta feria del añil, es que los productores de añil vendan su tinta a un precio justo por que es una producción muy laboriosa”.

Artesanos como Jesús Armando, el uso del añil se ha convertido en una constante desde hace dos años, busca crear textiles como trajes regionales con prendas meninas con esta tinta natural. 

“Y lo importante es que adquieran ese gusto por lo que es el añil y se ha empleado y venido trabajando desde hace un par de años”.

Gracias al esfuerzo de los productores de añil y artesanos que utilizan la tinta para teñir desde pañuelos hasta trajes regionales, este tinte natural tiene hoy una una nueva oportunidad para mantenerse vigente en las nuevas generaciones.

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