En el Rosario, católicos realizan Segundo Viernes de Cuaresma

Es tiempo de reconciliación, subraya presbítero Ricardo Vásquez Ojeda.

COMUNICADO

Parroquia de Nuestra Señora del Rosario, Oax., Febrero 23.- Con solemne procesión religiosa y, posterior celebración de santa misa Eucarística, católicos de esta unidad habitacional realizaron el segundo viernes de Cuaresma, encabezados por el presbítero de esta demarcación religiosa, Ricardo Vásquez Ojeda.

Los feligreses, acompañados por integrantes de los diversos grupos de pastoral y del Movimiento Familiar Cristiano, entre otros, recorrieron con respeto, devoción y fe diversas avenidas, calles y andadores, para posteriormente. ser recibidos en 14 domicilios, mediante el cual se rememoró el Viacrucis de Cristo, con meditaciones y oraciones correspondientes a cada una de las 14 Estaciones de este segundo viernes santo.


Tiempo después, en el templo católico de este lugar, perteneciente al municipio de San Sebastián Tutla, en el que en una estela que está colgada en una columna e inscrita la frase bíblica “En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre que decía: “Este es mi Hijo amado escúchenlo”, los católicos escucharon y se sumaron a las intenciones de la celebración por todas las familias que participaron en esta procesión, así como por los enfermos, los fieles difuntos y las almas del purgatorio.

En oración, Vásquez Ojeda refería: “Concede Señor a tus fieles cumplir debidamente las prácticas de reparación a la Pascua para que la mortificación corporal a la que solemnemente nos comprometimos, nos sirva a todos para provecho de nuestras almas”.

Durante la lectura del Evangelio, agregaba: En aquel tiempo Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que si su justicia no es mayor que los escribas y fariseos ciertamente no entrarán ustedes en el Reino de los cielos…”. Por lo que en reflexión a la Palabra del Señor agregaba: “Este tiempo de la Cuaresma es tiempo de reconciliación, de volver a unir aquello que se abroga. El pecado viene a romper, primero con Dios y nuestra relación con nuestros hermanos, con el prójimo.


La primera lectura del profeta Ezequiel, nos muestra el amor misericordioso de Dios, ese amor compasivo, misericordioso, que cuando cometemos pecado, somos nosotros quienes estamos ofendiendo a Dios, pero Dios no guarda rencor, al contrario, nos sigue invitando como dice el profeta Ezequiel: “Si el pecador se arrepiente de los pecados cometidos, guarda mis preceptos y practica la rectitud y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá, ya no me acordaré de los delitos que cometió, vivirá a causa de la justicia que él practicó”.

Dios nos perdona porque nos ama infinitamente. Dios quiere también que lo imitemos en ese mismo amor  de tal manera que cuando estamos enojados con el hermano nos reconciliemos con él. Como dice Jesús:
“Si vas a poner tu ofrenda sobre el altar y ahí te acuerdas que tu hermano tiene queja contra ti, deja tu ofrenda, ve a reconciliarte con tu hermano y luego vienes y me ofreces tu ofrenda”.
“Este tiempo de Cuaresma, es tiempo de reconciliación”, convocaba a los bautizados en Cristo. Si nos ponemos delante de Dios y reconociéramos nuestras faltas, vemos que son infinitamente grandes a diferencia de las que cometemos entre notros, porque cuando pecamos contra Dios estamos agrediéndole.

Jesús es un maestro para nuestra vida cristiana para que aprendamos a perdonar, no guardemos rencor en nuestro corazón, ello nos impide estar en paz, alegres; aprendamos como Dios a tener amor, compasión y misericordia. Dios no quiere la muerte del pecador, sino que se arrepienta y viva. Sigamos ese ejemplo para que podamos estar en paz” Señalaba ante los reunidos en esta celebración litúrgica, de comunión con Cristo y de oración.

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