El primer ‘jingle’ fue hecho en México

jingleLa Fonoteca Nacional resguarda el primer comercial cantado, realizado en 1924, así como otros anuncios que eran una delicia para el oído.

México

A principios de la década de los veinte del siglo pasado, una nueva forma de publicidad apareció en la naciente radio: los jingles, comerciales cantados. México fue pionero en este arte con un anuncio realizado en 1924, aunque oficialmente se da el crédito a los estadunidenses, que presentaron el suyo hasta dos años después.

Diversas grabaciones radiofónicas que van desde principios hasta mediados del siglo XX son resguardadas por la Fonoteca Nacional bajo el rubro de Joyas de la Fonoteca Nacional. Al consultar los archivos cedidos por Radiópolis se puede constatar su valor cultural y escuchar piezas publicitarias que eran una delicia para el oído.

El primer jingle: Enrique Byron y su orquesta interpretan un cadencioso danzón que proclama que “es el rico Chicle Maya una industria y una gloria yucateca en el extranjero elogiada… Es encanto de las damas, y de los caballeros gloria, porque no hay nada más sabroso que pueda gustar más después de fumar”.

Durante una sesión de escucha en la Fonoteca Nacional, Jesús Flores Escalante, quien fue gerente de la B Grande, recordaba que “desde 1918, antes de las primeras emisiones de radio, la compañía yucateca ya hacía comerciales cantados. La XEB, primera estación de carácter comercial, es la que da paso a este elemento mexicano. El invento del jingle es absolutamente yucateco y, por lo tanto, mexicano. Los estadunidenses no habían todavía permeado el concepto de la radiodifusión comercial y del jingle“.

Las Joyas de la Fonoteca incluyen “La salvación de don Pancho”, canción que en 1929 presentaba Juan Pulido, El Emperador de la música popular. “El pobre señor don Pancho tiene dolor de cabeza y no puede salir del rancho porque es muy grande el dolor”. La solución es el analgésico, “qué medicina, lo aconsejan todos con vivacidad: la Cafiaspirina”.

“Cuando se sube el licor se apetece un refrescante, un buen vaso bien rebosante, con la sal de uvas Picot”, pregonaba en 1936 un locutor, para luego dar paso a las voces de Wello Rivas y Margarita Romero: “¡Qué sabrosa sal de uvas, los doctores la recetan para niños y demás. Yo la llevo en el bolsillo siempre que salgo a viajar”.

Lo que con pureza se hace…

Los anuncios eran casi como cuentos sintetizados en menos de tres minutos, como el de Chocolate El Vapor, de 1935. Luego del sonido de una sirena de un barco, como si leyera las noticias del día, un locutor cuenta que “la gran fábrica de Chocolate El Vapor navega por todos los puertos de la República con el cargamento de sus acreditadas e insuperables marcas de chocolate…”. Tras detallar sus ingredientes, asegura: “Solo es puro lo que con pureza se hace”.

“Belleza suprema, distinguida elegancia, larga duración y acabado perfecto”, eran las virtudes del Calzado Neira. A ritmo tropical se asegura que “el caballero que quiere un zapato duradero, la marca Neira lo espera con calzado de primera. El piso de mármol duro se vuelve de terciopelo”. Le siguen las damas: “Mujer hermosa, bien ataviada de zapato Neira va calzada. Son guantes para sus pies, pies para bailar un son”.

A Salvador Novo se debe una famosa frase que interpretaba Eva Garza, La Novia de la canción: “Siga los tres movimientos de Fab: remoje, exprima y tienda, remoje, exprima y tienda… Fab es blanco, Fab es puro, Fab es calidad…”, explica el comercial de 1953.

Desde 1945 la guerra refresquera estaba declarada: luego de afirmar a ritmo cubano que “todos toman Pepsi-Cola porque saben que les rinde mucho”, un locutor indica: “No se haga bolas con tantas colas, pida siempre Pepsi-Cola”.

“¡Hermana Engracia, que se tira la leche!”

Hay frases que trascienden épocas, como: “Voy al coro y regreso”, que varias generaciones han usado para indicar que van al baño. Es parte del anuncio del rompope Santa Clara, de 1945, que se maneja como radioteatro. “¡Hermana Engracia, hermana Engracia, qué se tira la leche!”, reclama la hermana superiora. La novicia le dice que no se preocupe, que está preparando el famoso licor y le recita la lista de los ingredientes, a lo que la madre replica con la famosa frase: “Voy al coro y regreso”.

El anuncio en YouTube ha provocado que María Esther Guzmán Gutiérrez comente que se trata de “un clásico de la publicidad mexicana. Hay frases que todavía se usan en la jerga popular”. Alguien que se firma GOTCAR comparte: “Si pudiera escribir las reacciones de mi abuelita y mi tío al escuchar este comercial, no termino”, mientras que Alfredo Gómez dice que el comercial “me recuerda mi infancia, cuando mi santa madrecita todavía vivía. ¡Qué tiempos aquellos!”.

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