*.- El gran fracaso.
Visión política
Por Fernando Cruz López.
Para nadie es desconocido que la violencia en México es un problema persistente y complejo que ha afectado profundamente a la sociedad y ha puesto en evidencia una y otra vez, los fracasos de las instituciones encargadas de garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos, problema que se agudizó con la llegada del partido Morena al poder.
A lo largo de las últimas décadas, el país ha experimentado un aumento alarmante en los índices de criminalidad, con el crimen organizado, la violencia de género y la impunidad de los responsables de combatir este tremendo cáncer que sigue avanzando cada día impunemente.
Con este comentario inició una nueva serie de artículos que buscan analizar los factores que han contribuido a que la inseguridad en toda nuestra nación crezca y al mismo tiempos reflexionar sobre las posibles soluciones, porque tarde o temprano las cosas tienen que cambiar en este México hermoso y lo que menos debemos perder es la esperanza de que la paz llegue de nueva cuenta a nuestro país y por consiguiente a Oaxaca, que no escapa a este criminal fenómeno.
Hay que destacar que el crimen organizado es uno de los principales motores de la violencia en México. Los cárteles de la droga han evolucionado hasta convertirse en organizaciones sofisticadas y violentas que operan no solo en el tráfico de estupefacientes, sino también en extorsión, secuestro y tráfico de personas. Las respuestas institucionales a este fenómeno han sido, en su mayoría, ineficaces. La estrategia predominante ha sido el uso de la fuerza militar, una táctica que ha demostrado ser insuficiente y, en muchos casos, contraproducente.
El despliegue de fuerzas armadas para combatir al crimen organizado ha dado como resultado enfrentamientos violentos que han cobrado la vida de miles de personas, incluidos civiles inocentes. Además, esta militarización de la seguridad pública ha derivado en violaciones a los derechos humanos y ha erosionado la confianza de la población en las instituciones encargadas de protegerla.
También la impunidad es otro factor crítico que alimenta la violencia. En México, una gran mayoría de los delitos no son denunciados, y aquellos que sí llegan al sistema judicial rara vez dan como resultado condenas. Esta falta de consecuencias para los perpetradores crea un ambiente donde el delito puede florecer sin temor a represalias.
La corrupción dentro del sistema judicial y las fuerzas policiales agrava aún más esta situación. Las instituciones encargadas de impartir justicia están frecuentemente infiltradas por intereses criminales o debilitadas por prácticas corruptas. Esto no solo permite que los criminales operen con impunidad, sino que también socava la legitimidad del estado ante los ojos del público.
Finalmente, podemos concluir que todo lo que el gobierno federal ha implementado hasta hoy, no ha frenado la violencia, no han podido acabar con las masacres y mucho menos han frenado los feminicidios. Sé que el nuevo gobierno federal está iniciando y hay que darle el beneficio lo de la duda, esperemos, pues que las cosas puedan mejorar algún día, mañana continuaré con este análisis… Sígame en X como @Visionpolitica7