Diez momentos entrañables de las bicis en pantalla
Milenio
Ciudad de México
Han pasado exactamente 200 años desde que Karl Drais inventó la dresina, el ancestro de la bicicleta moderna. Hoy montar sobre dos ruedas se ha convertido, entre otras cosas, en un acto de libertad.
Cada año, el 19 de abril se celebra el Día Internacional de la bicicleta. Aunque el objetivo es promover su uso y recordarle al mundo —en particular a los intransigentes conductores de automóviles—los derechos de los ciclistas, su origen es más bien anecdótico que involucra a la ciencia y a las drogas.
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En la historia del cine, algunas escenas entrañables suceden mientras el héroe pedalea. Aquí hay un recuento de algunas de ellas:
Butch Cassidy and the Sundance Kid (1970)
La película multipremiada del director estadunidense George Roy Hill demostró que algunos bandidos también son seres de corazón blando. Paul Newman en el papel del asaltante de bancos, Butch Cassidy, da un paseo con Katharine Ross, que interpreta a Etta Place, mientras suena “Raindrops keep falling on my head“, que, por cierto, ganó el Oscar a Mejor canción original.
Ladrón de bicicletas (1948)
Considerada un emblema del neorrealismo italiano, la cina del realizador Vittorio de Sica desmenuza la amargura de una búsqueda: en tiempos de la posguerra, un obrero y su hijo quieren recuperar la bicicleta que les fue robada. La escena final es conmovedora hasta las lágrimas.
Cinema paradiso (1988)
Pocas amistades tan hondas como la que mantuvieron Alfredo y Salvatore. Y pocas escenas tan enternecedoras como ésta en la que el pequeño Totó se finge lastimado para viajar en la bicicleta de su amigo.
E.T. (1982)
Las bicicletas también pueden ser instrumentos de la fantasía si, como Elliott, se tiene la fortuna de viajar con un amigo del espacio. La película de Spielberg —y esta escena en particular— son materia prima de referencias en series y películas posteriores.
La vida es bella (1997)
Roberto Benigni sabe cómo conmover. Hay dos instantes que inmortalizaron a la bicicleta en esta película. El primero, cuando en medio de una persecución Guido atropella a Dora, su prinicpessa, que, azorada, le dedica una de sus sonrisas más bellas. El otro ocurre cuando Guido, Dora y Giosuè, su hijo, dan un paseo por las calles de Italia.
El resplandor (1980)
No es precisamente una bicicleta, pero el pedaleo no discrimina por tamaño o número de ruedas. En una de las escenas más inquietantes, el pequeño Danny Lloyd recorre los pasillos del Hotel Overlook antes de encontrarse con un par de amigas siniestras.
Pee-wee’s Big Adventure (1985)
No hay nada en el mundo que Pee-Wee Herman ame más que su bicicleta y está dispuesto a desafiar a su némesis, Francis Buxton, para conservarla… aunque no sea muy hábil con ella.
¡Ay amor… cómo me has puesto! (1950)
En México la gastronomía ambulante exige cualidades de equilibrista. Hubo un tiempo en que los panaderos podían montar la bicicleta mientras sostenían la canasta sobre la cabeza. Pero sólo Tin tan podía hacerlo con encanto mientras cantaba.
Hay ejemplos recentísimos que quizá pasen o no a la posteridad fílmica, pero mantienen vigente la tradición bicicletera en la pantalla.
Stranger Things (2016)
En una de sus decenas de referencias al cine, la serie de los hermanos Matt y Ross Duffer muestra a El y compañía en una huída de la policía.
13 reasons why (2017)
En la serie del momento, Clay se mueve por el vecindario en su bicicleta negra, que es también la responsable de la herida que hay en su frente, luego de que choca contra un coche.