*- Día histórico.
Visión política.
Por: Fernando Cruz López.
Hoy será un día histórico para Oaxaca. La Presidenta de México Claudia Sheinbaum acompañada del gobernador Salomón Jara Cruz, inaugurará la carretera que conecta de manera más eficiente a la capital del estado con el Istmo de Tehuantepec, una obra largamente anhelada por los oaxaqueños y símbolo de progreso para una de las regiones más ricas en cultura, historia y recursos naturales, pero también profundamente golpeada por la desigualdad, el aislamiento y últimamente por la violencia.
Esta carretera no es solo una infraestructura vial; es un puente hacia el desarrollo, la integración y la justicia social, pues por décadas, el acceso limitado al Istmo había representado un freno para el desarrollo económico, comercial y social de una región clave para el estado y el país. No debemos olvidar que el Istmo de Tehuantepec, con su posición estratégica como punto de conexión entre los océanos Atlántico y Pacífico, ha sido reconocido históricamente como una zona de alto potencial para el comercio y la logística. Sin embargo, este potencial no podía explotarse plenamente debido a la falta de vías de comunicación modernas y eficientes.
La nueva carretera simboliza la posibilidad de revertir ese abandono. Al reducir significativamente los tiempos de traslado entre Oaxaca y el Istmo, se abren puertas para el comercio interno, el turismo, y la generación de empleo.
Los productores agrícolas, artesanos y emprendedores locales ahora podrán llevar sus productos a mercados más amplios con mayor facilidad, lo que significa mayores ingresos y oportunidades para miles de familias.
Más allá de lo económico, esta obra representa un acto de justicia histórica. Por años, las comunidades del Istmo han clamado por atención y desarrollo. Esta carretera les envía un mensaje claro: el gobierno reconoce su importancia y está dispuesto a invertir en ellos. Es un primer paso hacia un Oaxaca más conectado, en todos los sentidos de la palabra.
Para los oaxaqueños, esta carretera no solo es una obra física, sino un símbolo de esperanza y de lucha. Es el recordatorio de que, aunque los desafíos sean grandes, el esfuerzo colectivo puede transformar la realidad. Hoy, cuando los primeros vehículos recorran esta nueva vía, no solo se abrirá una carretera; se abrirá un nuevo capítulo para Oaxaca, uno donde la integración y el desarrollo sean protagonistas de su historia.
La carretera al Istmo no solo une dos puntos en un mapa; une sueños, esperanzas y posibilidades. Ahora toca a los oaxaqueños y a sus autoridades garantizar que ese camino sea el inicio de un futuro más próspero para todos…Sígame en X como @visionpolitica7