¿Descuido o mensaje?

Visión política

Por: Fernando Cruz López.

 

El incidente ocurrido el pasado domingo en el acto masivo en el Zócalo de la Ciudad de México, donde Claudia Sheinbaum pasó inadvertida mientras legisladores y figuras clave de Morena posaban para una foto con Luisa María Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán, puede parecer un detalle menor en la superficie, pero en política, las omisiones pueden ser tan reveladoras como las acciones.

 

El hecho de que Sheinbaum, la presidenta de México y figura central del evento, haya sido ignorada –aunque sea momentáneamente– por miembros influyentes del partido y  los líderes de las cámaras de senadores y diputados, no es solo una anécdota, pues refleja ciertas dinámicas de poder dentro del partido gobernante y plantea dudas sobre la solidez del respaldo que tiene dentro del círculo más cercano al expresidente Andrés Manuel López Obrador.

 

Podría argumentarse que fue un error casual, una distracción en medio de la multitud y la euforia del evento, en el que   Adán Augusto López, Manuel Velasco y Ricardo Monreal se encontraban más entretenidos tomándose una foto con Luisa María Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán, líderes Morena, que ignoraron momentánea a la líder máxima de este país, sin embargo, en política los gestos, incluso los no planeados, comunican mensajes poderosos.

 

Lo cierto es que que los legisladores estuvieran más concentrados en su propia foto con Andrés Manuel López Beltrán, hijo del expresidente y una figura creciente dentro de Morena, que no se dieron cuenta que la persona que esperaban, ya se encontraba en el lugar saludando a la gente y que pasó a sus espaldas sin que se dieran cuenta, lo que demuestra  que las lealtades dentro del partido podrían estar en disputa.

 

Más allá de la anécdota, este episodio tiene implicaciones simbólicas que podrían afectar la percepción del liderazgo de Sheinbaum dentro y fuera de Morena, ya que en lo interno: si bien Sheinbaum sigue teniendo el control institucional del partido, momentos como este alimentan la narrativa de que su autoridad aún está en proceso de consolidación. El hecho de que los legisladores hayan intentado reaccionar tarde muestra que, aunque la respetan, su presencia aún no genera la misma reacción automática que la de AMLO.

 

Este desliz puede parecer anecdótico, pero en la política de Morena, donde los símbolos y los gestos importan tanto como las decisiones, es una llamada de atención. Sheinbaum necesita consolidar su liderazgo de manera más clara y asegurarse de que su presencia sea la prioridad en eventos clave.

 

La presidenta no puede permitirse que figuras de su propio partido, especialmente aquellas con influencia en la estructura de Morena, la dejen en segundo plano. Si estos descuidos se vuelven recurrentes, podrían interpretarse como una señal de que su autoridad aún no está completamente afianzada, y eso, a largo plazo, podría convertirse en un problema tanto para su gobierno como para la estabilidad interna de Morena…Sígame en X como @vision politica7

 

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