Derrames petroleros destruyen fuentes de agua
Pobladores de cuatro municipios de Veracruz, que aun no tienen una infraestructura hidráulica, acusan a Pemex de no atender los daños causados en sus comunidades, además del daño a la flora y fauna
EXCELSIOR
XALAPA.- Los últimos derrames de hidrocarburo en el norte y sur de la entidad veracruzana han afectado de manera irreversible las fuentes de abastecimiento de agua en comunidades cuyos pobladores resolvían sus necesidades básicas aun sin una infraestructura hidráulica formal.
Aunque han reclamado a Petróleos Mexicanos la remediación, ven imposible que sea de manera inmediata, pues la paraestatal si bien no se rehúsa hacer frente a la responsabilidad, no cuenta con los recursos económicos y humanos para hacer un trabajo integral inmediato, tal como lo han comentado los usuarios que han una remediación integral.
Los daños van acompañados de contaminación a la flora y la fauna locales. Por si fuera poco, los suelos también se ven afectados y difícilmente pueden ser usados nuevamente para la siembra, lo que disminuye la capacidad de su producción agrícola y por ende sus ingresos.
Aunque oficialmente no hay un registro individual de cuántos reportes sobre derrames de hidrocarburo se registraron en el año, los que se han publicado a la fecha son cuando menos 15 ocurridos en los municipios de Agua Dulce, Coatzacoalcos, Papantla y Tihuatlán.
Los casos más graves son los que se registraron en Coatzacoalcos y Papantla, pues comprometen a comunidades que eran prácticamente autosustentables.
Se multiplican los reclamos
A finales de 2023, la comunidad El Tajín, municipio de Papantla, sufrió un derrame en los ductos que pasan cerca del sitio; el personal contratado por Petróleos Mexicanos para realizar trabajos de limpieza sólo había sellado un tubo, pero no recolectó el hidrocarburo regado y provocó una contaminación en el arroyo que por ahí atraviesa.
En esa ocasión los pobladores salieron a manifestarse y cerraron la carretera para que las autoridades atendieran su reclamo y los trabajadores tuvieron que acudir a limpiar, pero el daño ya estaba hecho.
Delia, una de las vecinas que se manifestaron, explicó que anteriormente observaba que cada cierto tiempo acudía el personal de Pemex a realizar trabajos de mantenimiento en las tuberías o ductos, pero últimamente ya no ve que lo hagan muy seguido. El resultado es el deterioro.
Pero este hecho sólo sería el preámbulo de un daño aún mayor que comenzó en Ojital Viejo desde agosto de este 2024, se supo en septiembre, cuando los vecinos comenzaron a realizar manifestaciones y a cerrar de nuevo carreteras y se agudizó en octubre cuando se registraron unas lluvias severas que provocaron que todo el hidrocarburo que ya habían recuperado los trabajadores de Pemex se fuera directamente al arroyo que surte a 11 comunidades de la región.
Sucedió lo mismo: el personal realizó la limpieza, acumuló el hidrocarburo, pero no se lo llevó, no hubo manera de recogerlo rápidamente con las fuertes lluvias derivadas de ondas tropicales.
Pobladores, ambientalistas y organizaciones internacionales comenzaron a hacer eco de la situación porque la magnitud del daño fue devastadora, las imágenes de animales acuáticos y domésticos llenos de chapopote que los propios pobladores captaron con sus cámaras dieron testimonio de la magnitud.
Y el último caso de contaminación fue apenas el pasado domingo 15 de diciembre, en la comunidad Riva Palacio, cuando una fisura en una de las líneas de Pemex instalada en la localidad Juan Rosas causó un derrame que contaminó varios terrenos y el arroyo que atraviesa por la zona y que también es una fuente de abasto para los pobladores, quienes temen porque saben lo que está ocurriendo en otros pueblos vecinos.
La zona urbana también es afectada
En octubre, Poza Rica registró una emergencia sin precedentes al ser suspendido el servicio de agua porque se contaminó el río que surte de agua a la población. Una fuga de hidrocarburo ocurrida en el río San Marcos, ubicado en el estado de Puebla, llegó a la bocatoma de la comunidad Corralillos, municipio de Coatzintla y se ramificó en el río Cazones.
Las quejas se multiplicaron: los usuarios reportaron un característico olor en el agua que salía de las tomas domiciliarias y tuvieron que cerrar las válvulas, el problema duró varios días porque al no poder remediarlo de una manera más rápida, abrían y cerraban las llaves, el agua seguía contaminada y la población sin un servicio eficaz.