De ‘El Mayo’ a ‘El Mencho’: declive en la salud de narcotraficantes deriva en hospitales privados
Las balas de las fuerzas de seguridad o de grupos antagónicos no son lo único que amenazan con arrebatar la vida de líderes de organizaciones delictivas, pues su propio cuerpo se ha encargado de “cobrarles factura”.
MILENIO
La mirada cansada de El Mayo Zambada y el innegable paso del tiempo que denotan las arrugas de su rostro y cuello confirmaron lo que desde años atrás se rumoraba sobre el decadente estado de salud del cofundador del Cártel de Sinaloa.
Fue el pasado 25 de julio de 2024 cuando agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) concretaron la aprehensión de quien era considerado como el último capo de la vieja guardia, un hecho sin precedentes que desató una serie de versiones contrapuestas sobre cómo fue que Ismael Zambada García llegó a Estados Unidos.
Empero, más allá del impacto que generó la captura del septuagenario líder criminal tanto para el Cártel de Sinaloa como para las autoridades que investigan su caso, fue su más reciente fotografía la que terminó por acaparar la atención de la opinión pública.
Si bien por el bajo perfil que adoptó El Mayo Zambada a lo largo de su trayectoria criminal su rostro en la actualidad era un misterio y los detalles sobre su estado de salud eran escasos, poco a poco se ha reafirmado que ser uno de los narcotraficantes más poderosos del mundo no lo blindó de una serie de enfermedades que han mermado su cuerpo y que, incluso, lo orillaron a tener su propio hospital privado.
La salud de ‘El Mayo’ y su hospital móvil
Dos meses antes de que Ismael Zambada García y Joaquín Guzmán López fueran detenidos en Estados Unidos, la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) hizo pública su Evaluación Nacional de Amenazas de las Drogas 2024.
A lo largo de casi 60 cuartillas, la agencia antinarcóticos detalló los principales retos que enfrentan ante la crisis de salud pública que ha dejado a su paso el tráfico de fentanilo. Bajo ese tenor, la DEA ubicó al Cártel de Sinaloa y al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como las organizaciones encargadas de introducir el potente opioide sintético a territorio estadounidense.
Respecto al también llamado Cártel del Pacífico, la dependencia que encabeza Anne Milgram sostuvo que está dividido en cuatro facciones, las cuales encabezan Los Chapitos, Aureliano El Guano Guzmán Loera, la gente de Rafael Caro Quintero y, hasta antes del 25 de julio, Ismael El Mayo Zambada.
A El Señor del Sombrero se le señaló de estar involucrado en el tráfico de drogas desde la década de los 70’s, así como por encabezar a la organización delictiva durante 30 años.
“Además, se informó que Ismael Zambada García se encuentra en mal estado de salud física, lo que deja en duda el liderazgo de su facción”, advirtió la DEA en su informe publicado en mayo de 2024.
Extraoficialmente se presumió que el septuagenario capo sufría los estragos de un agresivo cáncer, no obstante, tras su captura trascendió que el padecimiento responsable de desgastar su estado de salud es la diabetes.
Según declaraciones del ex agente de la DEA, John Callery, citadas por el periodista Luis Chaparro para MILENIO, El Mayo Zambada es diabético desde hace por lo menos 10 años. A dicho padecimiento se sumó una cirugía de reconstrucción de nariz a la que fue sometido el cofundador del Cártel de Sinaloa.
Analistas en crimen organizado coinciden en que la ampliared de cooptación de autoridades tejida por Ismael Zambada García y la cautela con la que solía dirigirse fueron los elementos que le permitieron mantenerse prófugo de la justicia, aún y cuando el gobierno de Estados Unidos llegó a ofrecer hasta 15 millones de dólares por su cabeza.
Pese a ello, asistir a un hospital público para atender sus padecimientos no formaba parte de la agenda de El Mayo por el riesgo que implicaba abandonar la sierra y los ranchos por donde solía escabullirse.
La respuesta para su problema la encontró en la caja de un tráiler, donde ordenó la construcción de un hospital propio y privado, un servicio que pudo costear gracias a las millonarias ganancias que le dejó su lucrativo negocio del tráfico de drogas.
Fuentes del gobierno mexicano relataron al periodista Luis Chaparro que el contenedor metálico mide 12 metros y cuenta con las herramientas necesarias para realizar procedimientos médicos que van desde diálisis hasta cirugías.
En su reciente entrega para MILENIO, el citado reportero señala que el hospital móvil de El Mayo era trasladado de rancho en rancho y se mantenía oculto bajo los techos de las propiedades por donde se movía para evitar que alguna aeronave de las autoridades lo identificara.
A pesar de sus intentos por evadir la prisión a toda costa, la suerte del cofundador del Cártel de Sinaloa se agotó y ahora, desde una silla de ruedas, enfrentará a la justicia estadounidense que cuenta con múltiples acusaciones y un largo historial de cargos en su contra.
La salud de ‘El Mencho’
Aunque Ismael Zambada García y Nemesio Oseguero Cervantes pertenecen a organizaciones delictivas contrarias, lo que ambos líderes criminales comparten son severas afectaciones a su estado de salud.
Y es que, desde años atrás, múltiples rumores han rodeado al fundador del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) de quien, incluso, se ha especulado su muerte en diversas ocasiones.
A diferencia de El Mayo Zambada, la DEA no tiene conocimiento sobre los padecimientos que merman la salud del líder del cártel de las cuatro letras, sin embargo, del otro lado de la frontera múltiples investigaciones periodísticas señalan una insuficiencia renal como la enfermedad que aqueja a El Mencho más que cualquier rival.
“Por lo que respecta a Nemesio Oseguera, El Mencho, los informes de la SEDENA sostienen que padece una enfermedad renal avanzada. Su refugio se ubica, de acuerdo con dicha secretaría entre los límites de Jalisco y Michoacán, donde su cártel luce armamento de alto poder y difunde escenas de su fuerza a través de las redes sociales”, apuntó en su libro El amo de Jalisco: Un gobierno con estructura criminal (2023) el periodista Ricardo Ravelo.
Los informes de inteligencia a los que tuvo acceso el citado periodista de investigación relatan también que el fundador del CJNG es sometido frecuentemente a tratamientos de diálisis para eliminar los desechos y el exceso de líquido de la sangre ya que no puede expulsarlos naturalmente. “Los mismos informes señalan que se atiende en un hospital de su propiedad“, se lee.
Reportes periodísticos citados en un análisis de InSight Crime en 2020 apuntan a que el hospital que El Mencho ordenó construir para atenderse se ubica en la comunidad de El Alcihuatl en el municipio de Villa Purificación, un territorio que es controlado por el cártel de las cuatro letras, lo que reduce el riesgo de que su líder sea capturado mientras recibe tratamiento para su enfermedad renal.
“Según los informes, los residentes locales y los miembros del equipo de seguridad de El Mencho también pueden utilizar los servicios del hospital”, profundiza la fundación dedicada al estudio de amenazas para la seguridad nacional de América Latina y el Caribe.
A lo largo de la historia del narcotráfico en México, diversas organizaciones delictivas han proporcionado o facilitado bienes y servicios a comunidades locales con la finalidad de legitimar su presencia y operaciones ilícitas a través de una base social.
Escuelas, iglesias y hasta despensas forman parte de la falsa caridad que organizaciones delictivas tienen con parte de la sociedad civil que padece los estragos de su violenta presencia. No obstante, casos como el de El Mayo o El Mencho confirman que, más allá de una intención altruista, los nosocomios privados a los que se le relaciona tuvieron como único objetivo ganar una batalla contra la factura que los cuerpos de los líderes criminales han comenzado a cobrar.