Qué chinga…

ERNESTO REYES

  • En los 90 años de vida de doña María Martínez, mi madre, quien los cumple este domingo 13.

Es famosa aquella expresión coloquial, de notable “operador” priista, quien luego de sufrir en tierras oaxaqueñas, memorable derrota, compartió el resultado de su desdicha en lastimera voz, a uno de sus acompañantes: “Qué chinga nos pusieron”.

En las horas que corren, cuando se realiza el cómputo final de los comicios, estallan por acá y por allá roces, reyertas y hasta enfrentamientos. Así, con esta animosidad en varios lugares, donde estuvo cerrada la contienda, continúa el litigio hasta llegar, de ser posible, a tribunales, por lo que no hay que descartar todavía alguna sorpresa.

Sin embargo, nadie debe normalizar el asalto de las sedes electorales, la quema de paquetería, y el desconocimiento de resultados que, en el último tramo de la contienda, ha causado al menos una persona muerta, algunos lesionados y daños materiales.

Lo positivo es el triunfo, inobjetable, de todos los candidatos a diputados federales de Morena, la mayoría en modo reelección, que en 7 de los diez distritos han debido asociarse con antiguos adversarios como el Verde, para obtener el carro completo. En diputaciones locales de mayoría (que son 25), Morena pierde sorpresivamente en cinco distritos, con cabecera en Loma Bonita, Teotitlán de Flores Magón, Ejutla de Crespo, Pinotepa Nacional y San Pedro Mixtepec, que hace tres años ganó, aunque retiene ampliamente 19, salvo Acatlán de Pérez Figueroa. Sin embargo, la ley le repone, con igual número de los escaños perdidos (6), por la vía de la representación proporcional para que alcance la mayoría simple y mantenga la gobernabilidad.

En la batalla por los 153 ayuntamientos, aunque se peleaba palmo a palmo y hasta se exigía recuento “voto por voto, casilla por casilla” – la consigna que se hizo famosa en los duros años del 2006 cuando le roban la presidencia a Andrés Manuel- el partido del presidente se lleva la tercera parte, conquistando las ciudades más pobladas. Es decir, capitales distritales emblemáticas, aunque haya que lamentar cuentas negativas en Pinotepa Nacional, Zimatlán de Álvarez, Tlaxiaco, Sola de Vega, Silacayoapam, Jamiltepec, Jalapa del Marqués, Tututepec, San Juan Guichicovi, Cacahuatepec, Valle Nacional, Cuicatlán, Chiltepec, Telixtlahuaca, Ixhuatán, San Antonino Castillo Velasco, Putla Villa de Guerrero, Ocotlán de Morelos, Miahuatlán de Porfirio Díaz, Juchitán de Zaragoza, Huautla de Jiménez, Huajuapan de León, Loma Bonita, Ejutla de Crespo, Cosolapa, y otras. Son datos preliminares hasta el jueves, que podrían cambiar eventualmente.

Dichos reveses, ante el PAN, PRI, PRD Fuerza por México, Redes Sociales Progresistas, Partido Unidad Popular, Nueva Alianza, Verde y hasta Movimiento Ciudadano, pero destacadamente candidaturas independientes, impregna de pluralidad a los cabildos entrantes, aunque Morena, por sí misma, amplía sus áreas de influencia y ratifica conquistas anteriores.

Los fracasos – aunque en política no existen derrotas ni triunfos permanentes- pudieran reflejan divisionismo, falta de trabajo político y de mejores candidatos, además de que el elector exige mejores atributos de los servidores públicos: honradez, eficacia y que no los tiente la corrupción al desempeñar el cargo.

Gracias al respaldo popular que le dio 11 gubernaturas y mayoría legislativa a nivel federal, Morena tendrá una holgura que no debe engañar a la dirigencia, pues el desempeño de López Obrador de nuevo saca a flote a personajes que jamás hubieran ganado. Pero, ante todo, es el triunfo de quienes están a favor de que se prolongue la época de transformaciones que vive el país, liderado por ya saben quién.

Es notable la victoria, en Oaxaca de Juárez, del exrector universitario Francisco Martínez Neri, quien humilló la soberbia política y mediática aliancista del candidato tricolor, y dejó con un amargo sabor de boca a los ambiciosos. La elección municipal, combinada con los resultados exitosos del octavo distrito electoral federal, puso en calidad de damnificado a otro personaje que soñaba en el 2022.

Con los 60 mil votos de Neri, el muratismo prácticamente se quedó sin ofertas robustas ante el relevo gubernamental. Morena tiene ahora la mesa puesta, con una sopa que espero no la derrame, por las ambiciones, como sucedió en 2016. Observando el avance del morenismo, y con una participación histórica del más del 60 por ciento en toda la entidad, en verdad: qué chinga les pusieron.

@ernestoreyes14

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button