La Reforma Hacendaria y el “voto satelital”

lopezrosadoPor  Roberto López Rosado

El paquete fiscal y la Ley de Ingresos, aprobados entre el jueves y viernes de la semana pasada por la mayoría de los grupos parlamentarios  del PRI, Partido Verde,  Panal, y un parte de las y los legisladores del PRD, va ir  en detrimento de la economía de la mayoría de los mexicanos.

Otro grupo, los que formamos parte de la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN), votamos en contra de seguir afectando al 99 por ciento de los mexicanos además de quienes forman parte de los grupos parlamentarios del Partido del  Trabajo y Movimiento Ciudadano.

Uno de los temas que se tocaron ampliamente en las últimas semanas, fue la propuesta que hiciera Enrique Peña Nieto de generalizar el cobro del IVA del 11  al 16 por ciento en la frontera norte y Quintana Roo. El aumento en 5 puntos a este impuesto, significará un duro golpe a la población y al comercio fronterizo que, incluso, va significar el cierre de muchos establecimientos.

De la misma manera lo fue también el que no se haya aprobado cobrar el IVA a alimentos y medicinas como tampoco a colegiaturas y al pago de renta de casas-habitación. El gobierno tenía perfectamente claro que el cobro de estos últimos impuestos no podría ser parte de los ingresos para 2014, era su moneda de cambio; primero, para quedar bien con la población, para mostrarse como un gobierno “sensible” y para tratar cooptar a la izquierda a fin de favorecer aspectos de las reformas del paquete fiscal como también a la reforma energética.

Es evidente que el gobierno requiere, para funcionar, de los impuestos, y que los ciudadanos y las empresas, cumplamos con nuestras contribuciones,  pero su recaudación debe ser equitativa, es decir, debe pagar más quien más gana, pero lamentablemente nos topamos que en las leyes aprobadas quedaron algunas “trampas legislativas” que van a beneficiar a los grandes empresarios del país.

El paquete fiscal aprobado, impone impuestos a las clases más necesitadas y protege –de nueva cuenta-, a 420 grandes empresas evasoras históricas, que van a poder diferir impuestos y demandar el reembolso de sumas millonarias mediante devoluciones, como siempre lo han hecho bajo el manto protector de leyes hechas a modo, como decía, a “trampas legislativas”.

En el proceso de aprobación de la Reforma Hacendaria, nos topamos con una intensa campaña de los grupos empresariales para frenar lo que consideraban “medidas injustas” porque tanto en el paquete fiscal como en la propia Ley de Ingresos, había, y repito, había, medidas que no eran nada del agrado de los empresarios, y cuando me refiero a los empresarios estoy hablando de los grandes grupos corporativos que siempre han sido beneficiados ya sea por los gobiernos priístas como por los panistas.

Contrariamente, con estas reformas, los pequeños y medianos empresarios han sido fuertemente golpeados por el Secretario de Hacienda de Peña Nieto, Luis Videgaray quien atendió el reclamo de los corporativos que le exigieron beneficios fiscales bajo el argumento de que son los mayores generadores de empleos. Éstos, no sólo desplegaron en muchos medios de comunicación inserciones para reclamar dichos beneficios, sino que tuvieron la oportunidad de ser recibidos por los funcionarios de hacienda y escuchados de manera directa por el propio Ejecutivo federal, quien no sólo los escuchó sino que atendió buena parte de sus exigencias.

A diferencia de los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que tuvieron que recurrir a las marchas a manera de presión para que se les atendiera y se echara atrás la Reforma Educativa, que más que educativa fue una reforma laboral  en detrimento del magisterio nacional, que poco espacio se les dio en los medios de comunicación para dar a conocer realmente sus demandas,  y sí todo el tiempo del mundo para descalificarlos, los grandes empresarios tuvieron los recursos financieros para pagar desplegados y contaron con el apoyo  de los medios para tratar de presionarnos a los diputados a fin de que hiciéramos los cambios que ellos requerían.

El PRI y sus aliados los atendieron, mientras que los panistas querían se les otorgaran más prebendas, como no gravar en lo absoluto las ganancias en la Bolsa de Valores, aunque como ya lo mencionaba, las leyes reglamentarias tienen “recovecos legales” para poder evadir a través de una salida legal dicho pago.

Por esto, y muchas cosas más, es que un grupo numeroso de diputadas y diputados votamos en contra de la Reforma Hacendaria a pesar de que compañeros nos quisieron convencer de las bondades de la Reforma Hacendaria, de los beneficios para la Ciudad de México. Las ventajas, al final, son migajas, y es que más pronto que tarde, se verá el costo que le significará al PRD pagar por votar junto con el PRI, por atentar contra la economía de la mayoría de la población  y por convertirse en su satélite.

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