Conductor de camión devuelve mochila con 40 mil pesos a madre de niño con discapacidad
MILENIO
Además, la mochila contenía un expediente clínico del hijo de la propietaria, quien agradeció el gesto y entregó recompensa.
Luego de 72 horas de haber extraviado un bolso en un camión de transporte de los ‘Rojos’, con un expediente clínico de un niño y dinero en efectivo para la compra de medicamentos del tratamiento que recibe, fue recuperado en forma íntegra después de que la persona que lo halló lo devolvió con la ayuda del chófer de la unidad. Un acto de amor y honestidad que no tiene precio y si mucha gratitud de la madre del menor.
El hecho se originó el viernes por la tarde cuando la señora Gabriela Martínez Reyes subió al camión número 121 de Transportes del Nazas de la ruta Directo, más conocidos como ‘Rojos’, y al bajar en la colonia Loma Real olvidó un bolso rojo tipo mochila con documentos, resonancias magnéticas en DVD de estudios hechos a su hijo y un dictamen del Instituto Mexicano del Seguro Social con un aviso de prolongación de servicios médicos, ya que padece discapacidad intelectual permanente.
Su hijo, José Antonio de 15 años de edad, desarrolla un nivel intelectual de un pequeño de cuatro años, por lo que se les continúan haciendo estudios a fin de seguir generando un tratamiento que le permita tener un nivel de vida más digno.
Gabriela, quien trabaja en un restaurante de mariscos en la colonia 20 de Noviembre en Lerdo, admite que fue su omisión lo que la hizo olvidar el bolso en uno de los asientos del camión y que al percatarse llamó a su cuñado, dueño del negocio donde labora, y éste se comenzó a movilizar para identificar al chofer dada la relación social que este tiene con muchos camioneros.
En la mochila había 40 mil pesos
Relata que en la mochila llevaba 40 mil pesos que serían destinados a la compra de medicinas, así como de otros insumos propios del tratamiento que recibe, donde lo que le importaba más eran los documentos valiosos emitidos por el Instituto Mexicano del Seguro Social, por lo que rogaba a Dios encontrarlo y hasta ofreció recompensa a quienes le devolvieran el bolso.
Armando Monsalvo Pérez, chofer de la ruta Transportes del Nazas con más de 18 años de antigüedad en el servicio, dijo que al ser identificado por la señora Gabriela y su cuñado Rigo López y exponerle de lo que contenía ese bolso, de inmediato se dieron a la tarea de buscar el destino de la bolsa extraviada y junto con su “mosca” Daniel Antonio, acudieron el domingo a la casa de quien creían se la había llevado, más no encontraron a nadie.
Fue entonces que acudió nuevamente este lunes al domicilio de don Israel Lozano García, de 43 años de edad y quien tiene su domicilio en la colonia San Fernando, ya que fue la última persona que bajó del camión y además es su vecino, quien de inmediato aceptó tener la bolsa al asegurar que la encontró olvidada en uno de los asientos cuando iba bajando con su mercancía y que si no lo habían localizado es porque se había ido el fin de semana a su rancho de donde es originario.
Israel relata que desde hace 17 años se dedica a la venta de frituras como frijol cocido y había ido al mercado a comprar mercancía. El humilde negocio lo tiene en su propia casa, donde vive con su esposa y sus tres hijos, a quienes siempre les ha enseñado el valor de la honestidad, nunca se han metido en problemas y a sus hijos les ha instruido a no tomar nada que no les corresponda.
Por ello, dijo que incluso él se llevó la mochila con la intención de que apareciera la dueña, pues no se atrevió a abrirla, como tampoco a “curiosear” sobre el contenido, por lo que les dijo a sus hijos que de salir algo en las redes sociales la entregaría a quien la reclame.
“Nos somos rateros y prueba de ello es que aquí está la bolsa intacta”, y la entregó a su dueña, quien a su vez se disculpó con el chofer por haber mal pensado en algún momento y ofreció a don Israel una recompensa por tan noble acción de devolverle el bolso, pues en este no sólo iba una fuerte suma de dinero, sino la esperanza de su hijo de continuar el tratamiento recomendado.
Actos de bondad como estos escasean cada vez más frente a una sociedad poco empática con el dolor humano, donde las pérdidas de otros parecen no interesar, donde la honestidad representa un valor subestimado y el amor hacia el prójimo un sentimiento en decadencia