Comisionados, regularizados y normalistas sostienen el paro

22Un reducido sector de la Sección 22 de la CNTE integrado principalmente por comisionados, regularizados y normalistas sostienen el paro y plantón magisterial, con lo que ponen en duda la estrategia gubernamental y exhiben al Gobierno
Ignacio Martínez Platas
AGENCIA JM
Miércoles 15 de Junio de 2016
Oaxaca, Oax.-
El paro y plantón parcial magisterial que este miércoles cumplió un mes en el zócalo citadino, vino a evidenciar la debilidad de la Reforma Educativa y de la Ley Estatal de Educación, que no han podido aplicarse al cien por ciento en Oaxaca, provocando que un pequeño sector de la Sección 22 de la CNTE, ponga en duda la estrategia gubernamental y exhibe al Gobierno.
Aunque el reducido grupo de trabajadores de la educación busca aparentar un paro y plantón indefinido, en su mayoría son parte del personal comisionado en diferentes tareas sindicales, algunos, desde hace tres o hasta diez años, que no cuentan oficialmente con un centro de trabajo, pero tienen la protección política de la dirigencia sindical.
Para algunos de los activistas éste ha sido su modus vivendi, desde que ingresaron al sistema educativo y gracias al compadrazgo, amiguismo, a la compra de espacios y comisiones sindicales y hasta “favores sexuales”, lograron su liberación de las aulas para cobrar sin devengar sueldos.
Otro sector de los maestros disidentes son los llamados “regularizados”, quienes en un tiempo fueron contratados temporalmente, aunque algunos pagaron por sus plazas de contrato hasta 100 mil pesos a cambio de ingresar al sistema educativo, sin cubrir con el perfil profesional ni con la documentación requerida.
En el caso de los maestros “regularizados”, éstos fueron separados de sus plazas temporales al concluir los contratos, por lo que perdieron toda relación laboral con el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO).
A falta de una bandera política, la ex dirigencia seccional y la Comisión Política de la Sección 22 de la CNTE, utilizan como “carne de cañón” a los maestros regularizados, para exigir se les pague lo que no han devengado desde hace uno o dos años y bajo engaños de conseguirles nuevas plazas y les paguen sus sueldos “atrasados”, los utilizan en sus movilizaciones.
La misma suerte corren los estudiantes normalistas, a quienes a base de engaños les prometen que “lucharán” porque sean contratados de manera automática, librando las evaluaciones correspondientes para su ingreso al Servicio Profesional Docente.
Estos son los perfiles de los trabajadores que alimentan el plantón y las demás movilizaciones que mantiene viva la jornada de lucha, y son los que también exhiben la debilidad gubernamental por aplicar la Ley para garantizar el derecho al libre tránsito.

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