Clásico: Resucita o crucifica a Chivas

Ciudad de México

Todos ya conocemos la trillada frase de que ‘un Clásico tiene un sabor diferente y se juegan más que tres puntos. Pues guste o no, esa frase encierra muchas verdades. Y en esta ocasión no es la excepción; Chivas llega necesitado de puntos, de una victoria, de una alegría, de una satisfacción para sus seguidores que amaine las aguas revueltas de los últimos días. Mientras que América quiere darle un disgusto más al acérrimo rival en su casa y ante su afición.

El Clásico Nacional suele ser un parteaguas en varias ocasiones; si llevas una temporada para el olvido, independientemente sea Chivas o América, y ganas el Clásico, sirve como envión para el resto del torneo. Si el torneo ha sido bueno, y llegas al Clásico y lo pierdes, en algunas ocasiones el golpe anímico puede ser irreversible y puede afectar en el rendimiento del equipo para la recta final del torneo, pero insisto y recalco, en pocas ocasiones sucede. Suele ser más frecuente que un Clásico levante un muerto, que entierre a un vivo.

Chivas viene arrastrando una crisis desde el torneo pasado, donde una de las alegrías o satisfacciones que tuvo en el último año fue vencer a las Águilas en el Estadio Azteca con dos goles de Omar Bravo, triunfo que no se le daba al Rebaño en un Clásico desde el 6 de octubre del 2012, cuando precisamente en el Azteca venció 1-3 a los de Coapa, que en ese entonces eran dirigidos por Miguel “Piojo” Herrera, Omar-Bravo-falla-penal-Xolos_MILIMA20160228_0321_11mientras que por parte del Rebaño, el pastor era John van’t Schip. Lo mejor que le puede pasar a Chivas este próximo domingo es vencer al odiado rival, total, tiene mucho que ganar y nada que perder, y esto lo hace peligroso.

La situación de Chivas puede ser un hándicap para América. Es decir, las Águilas pueden tener un juego complicado y llevarse una sorpresa desagradable. Si “Nacho” Ambriz en su hambre y afán de llevarse el Clásico y salir airoso de Guadalajara no toma sus reservas y el juego con cautela, Matías Almeyda le puede ganar la partida como ya lo hizo el torneo anterior.

Las Águilas afrontan el Clásico en zona de confort; donde una derrota los mantiene dentro de los primeros ocho de la clasificación general, obtener una victoria seguiría en los cuatro primeros, relativamente no sería catastrófico perder el Clásico. Mientras que para Chivas sí lo seria. Otro descalabro pegaría fuerte en las entrañas del club. Los problemas extra cancha, la inestabilidad de los jugadores, dudas sobre la dirección técnica, quedar eliminado de la Copa MX, y perder el único juego del torneo regular que no puede, ni debe y tiene prohibido perder, podría ser el acabose de un semestre para el olvido.

El Clásico es un juego diferente, por lo tanto, ganarlo ayudaría a Chivas a salir del hoyo donde se encuentran y servir de estimulo para afrontar el cierre del torneo, y si aprietan el paso, en una de esas les alcanza para meterse a la liguilla gracias a las bondades que otorga nuestro sistema de competencia. Para las Águilas, simplemente será hacerle la maldad a su acérrimo rival para verlo más hundido de lo que está.

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