LA REFORMA AL CAMPO DE PEÑA NIETO NO REPRESENTA NINGÚN BUEN AUGURIO PARA EL AGRO Y LOS CAMPESINOS: ROBERTO LÓPEZ ROSADO

• La izquierda debe presentar una reforma integral suscrita por las organizaciones sociales y campesinas del país que defienda y proteja al campo
• En el Congreso debe ir unida con un proyecto común consensado que haga a un lado el modelo agroindustrial que da preeminencia a las grandes empresas nacionales y trasnacionales
• CSG quiere aparentar amnesia y no reconoce que el TLCAN afectó severamente al campo y a los campesinos y campesinas

La reforma al campo anunciada por Enrique Peña Nieto no representa ningún buen augurio para el agro y los campesinos del país, afirmó el diputado Roberto López Rosado, quien dijo que es necesario que las y los legisladores de izquierda  presenten una reforma integral suscrita también por las organizaciones sociales y campesinas del país.

“Es fundamental que la izquierda en el Congreso tome la iniciativa de presentar una verdadera reforma integral al campo que incluya mayor asignación presupuestal, mayor subsidios, más y mejores tecnologías, entre otras muchas cosas  y no espere a que Peña Nieto haga uso de su facultad de poder presentar una Reforma Preferente”, puntualizó.

Dijo que ante la grave situación que se encuentra el campo y los campesinos producto de las reformas al artículo 27 constitucional que se hicieron en la administración de Carlos Salinas de Gortari, es preciso construir una alternativa a la reforma neoliberal agraria, que el gobierno peñista ha adelantado enviará al Congreso.

“Requerimos presentar de manera mancomunada junto con diversas organizaciones, incluso de filiación priísta, una propuesta alternativa que proteja y defienda al campo mexicano, una ley que haga a un lado el modelo agroindustrial que da preeminencia a las grandes empresas nacionales y trasnacionales del campo”, puntualizó el diputado oaxaqueño.

Informó que en días pasados participó en un encuentro donde estuvieron diputados, senadores y dirigentes de organizaciones campesinas en el que se trató el tema y se planteó la “urgente necesidad” de que la izquierda en el Congreso de la Unión vaya unida con un proyecto común consensado.

Destacó que allí se planteó que la reforma que presente la izquierda se redacte a partir de las propuestas que se han hecho en distintos foros y reuniones de trabajo donde se ha trazado revisar el impacto que va a tener la reforma energética en el artículo 27 constitucional particularmente en el ejido.

López Rosado dijo que es claro que la propuesta de Peña Nieto “no significa ningún buen augurio para el agro y los campesinos”, toda vez que ya se ve por dónde va a ir la propuesta que va a presentar Peña Nieto que buscará ir más allá de la privatización del ejido se llevó a cabo en el gobierno de Carlos Salinas de Gortari.

“Ahora hablan de ‘competitividad’ pero no a partir de la necesidad de ser más eficientes, sino de competir  desde la óptica del mercado donde el pez grande se come al chico,  donde los únicos que bajo este esquema podrán competir son los grandes consorcios agroalimentarios.

“Esa va a ser la propuesta de Peña Nieto, igual como ha sido con las reformas energética, laboral y educativa,  donde se pretende fortalecer el modelo de agricultura industrial, extractiva que excluye al modelo social y prioriza el particular”.

Sobre esto mismo, al comentar las declaraciones hechas por Carlos Salinas de Gortari, López Rosado, lamentó que el ex presidente haya querido aparentar que padece de amnesia y no haya reconocido que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) afectó severamente al campo y a los campesinos, y que no se atendieron las asimetrías entre México, EU y Canadá, ni se le protegió, ni se buscaron mecanismos compensatorios.

“Habló sí,  del TLCAN y lo que él ve como “ventajas” pero nunca que la política neoliberal al campo que él encabezó y que se ufana de ella, trajo desgracia a las tierras y a quienes trabajan en ellas, que provocó migración y abandono de sus parcelas y al final sólo favoreció acumulación de la riqueza en manos de las grandes agroindustrias nacionales y extranjeras a las que no se les toca ni con el pétalo de una demanda del Sistema de Administración Tributaria (SAT).