¿Qué pasa con las roscas que NO se venden? Panaderos revelan misterio
Panaderías tradicionales de Pachuca revelan el increíble destino que tienen las roscas que no se venden el día de Reyes Magos.
MILENIO
Saúl Caballero, propietario de la panificadora El Molino, así como el encargado de la panadería La Especial, Augusto López, ubicada cerca del primer cuadro de Pachuca, compartieron con MILENIO qué sucede con las roscas que no se venden en los primeros días de enero.
Panificadora El Molino
En la esquina de las calles Degollado y Pavón, a unos pasos de la Casa Rule, se alza con sus toldos café fuerte y claro, así como sus ventanales que muestran conchas y bolillos, la tradicional panificadora El Molino.
Saúl Caballero, propietario de la panificadora tiene 65 años de experiencia explicó la forma en la que elaboran su tradicional Rosca de reyes:
“Nosotros elaboramos la rosca de manera tradicional, con materia de primera calidad: harina blanca, esencias, mantequilla, huevo. Todavía se cuece en hornos de ladrillo que da otro sabor; vendemos calidad, no cantidad. Es un pan fino, bien elaborado”.
Para competir contra las grandes cadenas y centros comerciales, Saúl Caballero procura replicar los precios que ofertan las tiendas, incluso aplica montos un poco por debajo de la media.
“El costo de producción de nosotros es mayor, pero hacemos el esfuerzo para darle al cliente un producto accesible”.
Panadería La Especial
En la calle Corregidora, en las inmediaciones del centro capitalino rumbo a La Surtidora, se encuentra la panadería La Especial, la cual continúa con la venta de roscas en sus vitrinas.
Augusto López, el encargado de esta panadería, coincide al señalar la competencia desleal de los grandes centros comerciales ante los pequeños establecimientos que van en desventaja, los cuales deben cumplir con regulaciones sanitarias y fiscales.
“Si alguien necesita una rosca para la oficina, en plena cuesta de enero, busca un producto grande y de menor precio aunque la calidad no sea la mejor. Y esto lo encuentra en los centros comerciales”, dice.
La Flor de Pachuca
En la esquina de Guerrero con plaza Juárez, la panadería La Flor de Pachuca data de 1951. En ese tiempo, no construían el palacio de gobierno de Hidalgo, pero incluso los orígenes de la panificadora se remontan desde hace cinco generaciones más.
Los ventanales del establecimiento muestran varias roscas de reyes y al fondo se observa el flujo de los autos, el cotidiano paso de las personas, como ha sucedido durante tantos años.
En esta panadería, Gustavo Vargas, quien porta un delantal azul marino, explica que la celebración de la cabalgata de Reyes reanimó el comercio del centro capitalino y espera que así continúe con el regreso a clases de educación básica y el retorno de actividades en las oficinas durante los actuales días.
“La Flor de Pachuca elabora roscas de Reyes desde hace 73 años. En ese entonces era algo novedoso y se ha arraigado”.
Misterio revelado
Saúl Caballero, de la panificadora El Molino relata que dona todas las roscas que no se les venden a la Ciudad de los Niños, la casa de Jesús y diferentes albergues de la ciudad.
Recuerda cómo los niños se amontonan alrededor para recibir su rebanada que todavía está suavecita, dice.
En tanto, Augusto López, el encargado de la panadería La Especial, responde que las roscas son donadas a casas hogar, así como a habitantes de fraccionamientos.