*. El gran fracaso III parte

Visión Política

Por: Fernando Cruz López.

 

Durante dos días he estado hablando y analizando el problema de la creciente inseguridad que estamos padeciendo todos los mexicanos y considero que para romper este nefasto ciclo, es esencial invertir en programas sociales que ofrezcan alternativas viables a los jóvenes vulnerables. Esto incluye mejorar el acceso a la educación, crear empleos dignos y fomentar comunidades seguras y cohesionadas.

 

Hay algo que se me estaba pasando comentar y es el tema relacionado la falta de coordinación entre diferentes niveles de gobierno e instituciones encargadas de la seguridad pública. Las políticas a menudo se implementan sin una visión coherente o sin colaboración entre entidades federales, estatales y municipales. Esto resulta en esfuerzos duplicados o contradictorios que desperdician recursos valiosos y socavan cualquier progreso potencial.

 

Vale la pena comentar que a pesar del sombrío panorama institucional, la sociedad civil ha jugado un papel crucial al intentar llenar los vacíos dejados por el gobierno. Pues organizaciones no gubernamentales, activistas y comunidades locales han trabajado incansablemente para documentar abusos, apoyar a las víctimas y presionar por cambios legislativos significativos.

 

Sin embargo, su capacidad para efectuar cambios duraderos se ve limitada por el entorno hostil y peligroso en el que operan. A menudo enfrentan amenazas directas a su seguridad personal y carecen del apoyo necesario para llevar a cabo su labor efectivamente.

 

Hay que destacar que para  abordar efectivamente la violencia generalizada en México, es imperativo un cambio radical en el enfoque institucional hacia uno más inclusivo. Esto implica no solo mejorar las capacidades operativas de las fuerzas del orden, sino también fortalecer el Estado de derecho mediante reformas profundas al sistema judicial para garantizar justicia efectiva y transparente.

 

Además, se necesita una inversión significativa en programas educativos y económicos que proporcionen alternativas reales a aquellos atrapados en ciclos de pobreza y violencia. Las políticas deben ser diseñadas con una perspectiva que reconozca las diversas formas en que diferentes grupos experimentan la violencia.

 

Finalmente, es crucial fomentar una cultura política que valore la rendición de cuentas y promueva prácticas transparentes dentro del gobierno. Solo mediante un compromiso genuino con estos principios podrá México comenzar a revertir el trágico legado de violencia que ha marcado su historia reciente.

 

En conclusión, mientras los fracasos institucionales continúen sin ser abordados adecuadamente, será difícil ver una mejora significativa en el panorama actual. Es hora de que tanto el gobierno como la sociedad civil trabajen juntos hacia soluciones sostenibles que prioricen la seguridad humana por encima de todo… Sígame en X como @Visionpoitica7

 

 

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