.*. La democracia se tambalea

Visión política.

Por Fernando Cruz Lopez

 

Aunque miles de mexicanos seguidores de Morena aseguran que la democracia mexicana jamás ha estado en peligro y que con el gobierno de Andrés Manuel se ha fortalecido, los hechos demuestran lo contrario, pues la reforma judicial aprobada recientemente en México ha desatado una ola de preocupaciones sobre el futuro del país, principalmente porque la transformación radical del sistema judicial plantea serias interrogantes sobre la independencia del poder judicial y el equilibrio de poderes, pilares fundamentales de cualquier sistema democrático.

 

La elección popular de jueces y magistrados, incluyendo a los miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, representa un cambio drástico en la forma de selección de las autoridades judiciales, este nuevo sistema, sin precedentes en el país, podría comprometer seriamente la autonomía del Poder Judicial y su capacidad para actuar como un contrapeso efectivo frente a los otros poderes del Estado.

 

Ahora bien, la politización de la justicia es uno de los riesgos más evidentes. Al someter a los jueces al escrutinio popular, se corre el peligro de que las decisiones judiciales se basen más en la popularidad que en la interpretación rigurosa de la ley. Esto podría llevar a una justicia sesgada, donde los derechos de las minorías o de los grupos menos populares se vean amenazados.

 

Lo cierto es que la incertidumbre jurídica generada por esta reforma ya está teniendo repercusiones en el ámbito económico. Empresas nacionales e internacionales han expresado su preocupación por la posible politización en la selección de jueces, lo que podría debilitar el Estado de derecho. Esta percepción de inestabilidad jurídica podría también afectar negativamente la inversión y el crecimiento económico del país.

 

La aprobación apresurada de esta reforma, sin un debate amplio y sin considerar las voces de expertos, organizaciones civiles y sectores afectados, es en sí misma un síntoma preocupante, pues no podemos ignorar que la democracia se nutre del diálogo y el consenso, no de imposiciones unilaterales.

 

Si bien es cierto que el sistema judicial mexicano necesitaba una reforma, el camino elegido parece alejarse de los principios democráticos en lugar de fortalecerlos. No podemos olvidar que nuestra  democracia, ha sido construida con esfuerzo a lo largo de décadas, sin embargo, enfrenta ahora uno de sus mayores desafíos. Es fundamental que la sociedad civil, los académicos y los sectores políticos responsables mantengan una vigilancia activa sobre la implementación de esta reforma y sus consecuencias.

 

El futuro de la democracia en México dependerá de la capacidad de sus instituciones y su sociedad para resistir esta prueba y encontrar mecanismos que garanticen un poder judicial verdaderamente independiente, profesional y comprometido con el Estado de derecho. Solo así se podrá asegurar que la justicia en México sirva a los intereses de todos los ciudadanos y no a los de una élite política o económica…Sigame  en X como @visionpolitica7

 

 

 

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