Matrimonio es declarado no culpable de matar a joven con discapacidad intelectual para quitarle a su bebé en Australia

Matrimonio absuelto de la desaparición de madre joven y abuso sexual.

MILENIO

Un tribunal australiano absolvió este lunes a un matrimonio acusado de asesinar a una joven madre de 19 años que padecía de discapacidad intelectual con el fin de hacerse cargo de su bebé, cuyo padre era uno de los acusados.

La jueza Julia Lonergan, del Tribunal Supremo del estado de Nueva Gales del Sur, dijo que Robert y Anne Geeves no son culpables del supuesto asesinato de Amber Haigh porque las acusaciones no pueden ser probadas “más allá de la duda razonable“, según el fallo publicado en el portal judicial.

Si bien la decisión absuelve a la pareja, ambos de 64 años, aún queda sin resolverse el misterio de la desaparición de Amber Haigh en junio de 2002 cerca de la localidad rural de Young, a más de 370 kilómetros en coche de Sídney, la capital de Nueva Gales del Sur.

Hasta la fecha se desconocen los detalles y circunstancias de su supuesto asesinato. Tampoco se ha hallado el cuerpo de Haigh, pero el tribunal concluyó que está muerta.

“En cuanto a las circunstancias dirigidas a la cuestión de si Amber está muerta, no puedo hacer una conclusión sobre el día en que Amber murió, pero acepto la circunstancia anterior”, acotó la jueza en su fallo.

Cómo sucedieron los hechos 

En este caso que conmocionó al mundo rural australiano, la supuesta víctima del homicidio, Amber Haigh, había sido vista por última vez el 5 de junio de 2002 en una estación de tren de la periferia de Sídney en compañía de Anne y Robert Geeves, quien era el padre del bebé de cinco meses, de acuerdo al documento judicial.

Los Geeves, que habían reportado la desaparición a mediados de junio de 2002, fueron detenidos ese año para afrontar el proceso judicial que ha durado 28 días en 2024.

La fiscalía acusaba a la pareja, que perdió un hijo en 1994, de asesinar a la joven, cuya edad mental era de una persona de doce a trece años, para quedarse con el bebé.

Haigh “contó a varias personas que él, Robert Geeves, la había atado y había mantenido relaciones sexuales con ella” y que el matrimonio intentó controlarla para “asegurarse de que seguían participando activamente en la vida” de niño, según los argumentos de la fiscalía plasmados en el fallo.

“Más allá de la duda razonable”

Pero la magistrada consideró que las pruebas no demostraban “más allá de la duda razonable” que los Geeves mataron a Haigh para quedarse con su bebé, al recordar que se trataba de una joven “vulnerable” y con una enfermedad potencialmente mortal con “profundas cicatrices de una infancia llena de abusos”.

La Fiscalía alegó que la víctima está muerta debido a la interrupción de los registros de atención médica para tratar la epilepsia que padecía Haigh, de las ayudas gubernamentales por su incapacidad intelectual o los pagos de la seguridad social, entre otros beneficios que ella debería estar recibiendo. 

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