*.- No hay marcha atrás.
Visión política.
Por Fernando Cruz López.
La aprobación de la reforma judicial en la madrugada de hoy en el senado de la república, ha generado mucha controversia y preocupación, tanto en los mexicanos como en los inversionistas extranjeros, dejando más dudas que certidumbre, por ello es importante analizar la situación con calma y evitar conclusiones apresuradas.
Para empezar la reforma judicial no es una dictadura, al menos no inmediata, no elimina la división de poderes ni cambia el régimen político establecido en la Constitución, México sigue y seguirá siendo una democracia, aunque con cambios significativos en su sistema judicial, cambios que incluso ministros del poder judicial sostenían que eran necesarios, pero pedían más tiempo para ser analizados.
Los cambios propuestos, como la elección popular de jueces, se van a implementar de forma escalonada en los próximos años. Esto da tiempo para ajustes y evaluaciones y que más adelante se puedan ajustar algunos detalles en las leyes secundarias.
Ahora bien, hay mucha inquietud en el sector empresarial y financiero, situación por la cual algunas empresas estadounidenses han frenado anuncios de inversión ante la incertidumbre jurídica por la reforma judicial aprobada, esto sin duda alguna podría afectar el crecimiento económico a corto plazo, algo que no deseamos, pero parece ser inevitable.
Cientos de juristas, especialistas y diversos críticos argumentan que la elección popular de jueces podría comprometer la independencia del poder judicial; sin embargo, no hay que apresurarse, pues aún falta la regulación de este punto con las leyes secundarias.
Por su parte, los defensores de la reforma jurídica argumentan que lo único que se busca es democratizar el sistema judicial y hacerlo más cercano a la ciudadanía, sin que el poder judicial pierda su independencia.
Si bien la reforma judicial aprobada presenta desafíos y riesgos significativos, hablar de una “dictadura” o “ruina” inmediata de México sería muy prematuro. El impacto real dependerá de cómo se implementen las regulaciones secundarias y cómo respondan las instituciones y la sociedad mexicana.
Lo que sí es real es que estamos viviendo momentos cruciales para México que requerirán la vigilancia de la ciudadana, un diálogo profundo e intenso entre sectores y posiblemente muchos ajustes en el camino… Sígame en X como @ visionpolitica7