Se negaron a frenar detención de Ovidio: ellos son ‘Los Rusos’, brazo armado de ‘El Mayo’ que disputa Mexicali a ‘Los Chapitos
Aunque Baja California estuvo durante años bajo el control de los Arellano Félix, los últimos años son brazos armados del Cártel de Sinaloa los que se han encargado de sumergir la región en un interminable espiral de violencia.
MILENIO
El 3 de abril de 2024, el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) emitió a través de su delegación de Los Ángeles un boletín de búsqueda que puso nombre y rostro a uno de los principales generadores de violencia de Mexicali, Baja California: Jesús Alexandro Sánchez Félix.
Aunque ese nombre es considerado por la agencia de seguridad estadunidense como el oficial, no descartan que también sea llamado Alejandro Fernández Félix, Juan José Ponce Félix o Jesús Alejandro Sánchez. Cualquiera que sea su identidad real, lo que las autoridades sí tienen más que claro es que en ambos lados de la frontera el líder criminal es mejor conocido como El Ruso.
Aquel peculiar alias dio nombre también a un violento brazo armado ligado al Cártel de Sinaloa que, al menos desde 2017, ha sido el encargado de disputar plazas y rutas de trasiego de drogas a otras facciones u organizaciones rivales en Baja California y Sonora.
El origen de Los Rusos
La ficha de búsqueda difundida por el FBI de Los Ángeles ubica a Jesús Alexandro Sánchez Félix como parte del Cártel de Sinaloa y señala que el hombre de 42 años de edad es investigado por su presunta participación en delitos como el narcotráfico, posesión de armas de fuego, toma de rehenes y lavado de dinero.
“Se cree que Jesús Alexandro Sánchez Félix se encuentra en Mexicali, Baja California, México. También tiene vínculos en Sinaloa, California y Oregon“, detalla en su informe la agencia de seguridad estadunidense.
Además de destacar que se le debe considerar como un individuo armado, peligroso y dispuesto a fugarse, el FBI de Los Ángeles informó que desde octubre de 2015 el Tribunal Federal de Primera Instancia del Distrito Central de California acusó formalmente a El Ruso y expidió una orden judicial para su captura.
No obstante, en México Jesús Alexandro Sánchez Félix adoptó un bajo perfil que le permitió mantenerse fuera del radar de las autoridades durante años hasta que su propia trayectoria criminal lo llevó a encabezar un brazo armado de la que es considerada como una de las organizaciones delictivas más poderosas y peligrosas del mundo: el Cártel de Sinaloa.
De acuerdo con InSight Crime, a El Ruso se le vincula con la facción de la organización delictiva que hasta la fecha continúa encabezando Ismael El Mayo Zambada, el único capo de la Vieja Guardia que nunca ha pisado una prisión en las décadas que lleva coordinando todo tipo de actividades delictivas.
“Cada facción del Cártel de Sinaloa tiene bajo su mando a brazos armados o ‘mini ejércitos’ que les permiten proteger y tomar territorios. Los Chapitos, por ejemplo, están asociados con Los Ninis, Los Salazar, Gente Nueva y Los Chimales. Por su parte, las redes asociadas a El Mayo colaboran con Los Ántrax y Los Rusos”, describe la fundación dedicada al estudio de amenazas para la seguridad nacional de América Latina y El Caribe.
Si bien el Cártel de Sinaloa logró ubicarse en la cúpula del narcotráfico en México, tras la detención definitiva y extradición a Estados Unidos de Joaquín El Chapo Guzmán, el liderazgo de su parte del imperio criminal lo asumieron sus hijos Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar así como Ovidio y Joaquín Guzmán López.
Aquellas tensiones se acrecentaron el 17 de octubre de 2019 cuando miembros de las Fuerzas Armadas de México desplegaron un intenso operativo en Culiacán con el objetivo de aprehender a Ovidio Guzmán López.
En una respuesta casi inmediata, Los Ninis -brazo armado de Los Chapitos entonces encabezado por Néstor Isidro Pérez Salas– desataron una jornada de violencia en la capital sinaloense que incluyó narcobloqueos, secuestros y enfrentamientos armados para evitar la sustracción de El Ratón.
Informes de inteligencia militar obtenidos tras el hackeo de Guacamaya a los servidores de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y citados por medios de comunicación locales describen que Los Rusos -encabezados por Jesús Alexandro Sánchez Félix- se negaron a colaborar en la embestida de Los Ninis para frenar la detención de Ovidio Guzmán López. Aquella decisión sería el inicio de una enemistad que se extendió hasta Sonora y Baja California.
La disputa con La Chapiza
Para evitar que la guerra interna del Cártel de Sinaloa escalara en su principal bastión, El Mayo Zambada optó por enviar a El Ruso a la frontera norte para que se desempeñara como “Jefe de Plaza” en zonas clave para el trasiego de drogas.
Investigaciones realizadas por ZETA Tijuana dan cuenta de que el tramo que comprende de San Luis Río Colorado hasta Tijuana es considerado como la zona de mayor flujo de enervantes para la organización delictiva, sin embargo, con lo que no contaban El Mayo y El Ruso es que en dicha zona ya estaban establecidos otros brazos armados que operaban para la facción de Los Chapitos.
Reportes de la Fiscalía General de la República (FGR) consultados por el periodista Héctor Navia para MILENIO dan cuenta de que, desde 2017, San Luis Río Colorado comenzó a ser disputado por Los Salazar, una célula criminal que se asoció con Joaquín Guzmán Loera y que, tras su extradición, continuaron operando para sus hijos.
Las tasas de homicidios dolosos comenzaron a crecer en la región mientras que Los Rusos comenzaron a estructurar su plaza criminal en Mexicali. ZETA Tijuana detalla que, aunque su intervención fue discreta, poco a poco comenzaron a desplegar operaciones en todo el valle, exigiendo cobro de piso a bandas locales y diversificando sus actividades criminales al tráfico de personas, las máquinas tragamonedas, el narcomenudeo, entre otras.
Ya para 2022 el fiscal general de Baja California, Iván Carpio, confirmó que la violencia generada en la zona del Valle de Mexicali y San Luis Río Colorado estaba relacionada a la pugna interna del Cártel de Sinaloa entre las facciones de Los Chapitos y la de El Mayo Zambada.
“Estos dos grupos rivales, unos ingresan por el Golfo (de Santa Clara) en San Luis Río Colorado y otros están asentados en la defensa de sus intereses, que es el Valle de Mexicali“, destacó el titular de la Fiscalía General del Estado (FGE).
La disputa entre ambos brazos armados ha dejado también a cabecillas abatidos, tal y como fue el caso de Samuel Ibarra Peralta -alias El Pía– quien se desempeñaba como lugarteniente de Los Chapitos y cuyo puesto habría sido ocupado por Óscar Federico Soberanes Ramiro, mejor conocido como El Gorila.
¿Y la tregua?
En diciembre de 2023, un reporte de la Sedena consultado por el periodista Óscar Balderas para MILENIO daba cuenta de que, tras la captura y extradición de Ovidio Guzmán López a Estados Unidos, sus hermanos se vieron obligados a pedir una tregua al antiguo compadre de su padre, El Mayo.
Entre múltiples puntos, uno de los acuerdos contemplaba que ambas facciones se activarían, sin reservas, en caso de que un operativo les sorprendiera. Sin embargo, kilómetros al norte sus brazos armados continúan disputándose el control de plazas y de economías criminales o al menos así lo han dejado entrever recientes episodios.
El martes 25 de junio la FGE de Baja California informó que, tras una serie de cateos, fueron detenidas cinco personas que formaban parte de la célula de Los Salazar -ligada a Los Chapitos- por su presunta responsabilidad en el ataque con bombas ‘molotov’ a antros en la capital del estado.
Aquellas agresiones que derivaron en incendios de diversos establecimientos están relacionadas con el ‘cobro de piso’ que el grupo delictivo realiza en la zona, un hecho que dejó de ser aislado y volvió a cobrar relevancia en los últimos meses.
Según el análisis de ZETA Tijuana, desde abril de 2024 se detectó un incremento en los episodios de violencia ya que Los Salazar en Mexicali tienen como objetivo convencer a vendedores de droga y traficantes de personas que pagan plaza a El Ruso de que rompan relaciones con él y trabajen con ellos.
La violencia que ha dejado la pugna entre Los Rusos y La Chapiza en Sonora y Baja California prevalece y se consolida como un ejemplo más de la compleja estructura con la que cuenta el Cártel de Sinaloa, misma que dificulta no solo su debilitamiento sino también su extinción.