Migrantes triunfan en EU y Europa con la gastronomía de su natal Oaxaca
El éxito de algunos migrantes oaxaqueños en EU y Europa radica en haber encontrado la fórmula en el mercado de la añoranza.
EXCELSIOR
El éxito de algunos oaxaqueños y oaxaqueñas migrantes en distintas partes del mundo radica en haber encontrado la fórmula en el mercado de la añoranza, a partir de llevarse la cocina de sus pueblos y comunidades, casi, casi, tatuada en la piel.
Algunos cerca de México, otros un poco más lejos, pero los migrantes adaptan las recetas, de tal manera, que al degustarlos, sea como si se estuviera en la misma Oaxaca.
Originario de San Francisco Yateé, municipio de Villa Alta, Zeferino García, de 56 años de edad, desde su llegada a los Estados Unidos, en 1987, fue visionario al apostar por el ramo de la gastronomía de natal Oaxaca.
Actualmente es propietario de cinco negocios, tres de ellos ubicados en la zona comercial de “Oaxacatown”, en la ciudad de Los Ángeles, California, donde el restaurante “El Chapulín-Expresión Oaxaqueña” es su negocio ancla.
La gastronomía oaxaqueña no es una, sino varias. Cada una de las ocho regiones tienen elementos endémicos, que la definen del resto; por lo que nos focalizamos en satisfacer las añoranzas de consumo de los oaxaqueños, conocido como mercado de la añoranza”, refirió.
Para proveerse de los perecederos oaxaqueños como quesillo, mole, chocolate, chorizo, tasajo, entre otros, el empresario cuenta con distribuidores que le abastecen producto fresco desde Oaxaca a la Unión Americana.
El también presidente de la Cámara de Comercio Oaxaqueño en la ciudad angelina emplea a sus connacionales para atender el restaurante “El Chapulín-Expresión Oaxaqueña”, especializado en servir guisos que se comen regularmente en las cocinas oaxaqueñas.
Desde los moles, tamales y botanas, hasta los platillos característicos que se sirven en las mayordomías, bodas y velorios, cumplen con el sazón, porque son las mismas cocineras y cocineros –migrantes de Oaxaca—los encargados de elaborarlos”
En tanto, productos como tortillas, tostadas, tlayudas y panadería, se pueden conseguir frescos en nuestro supermercado, como si estuvieras en la misma Oaxaca”, subrayó.
Envueltos por la nostalgia, en los vecindarios de Koreatown y Pico, en inmediaciones de la avenida Westmoreland y el bulevar Crenshaw, Zeferino es hoy por hoy uno de los activos de la comunidad migrante por la promoción de costumbres y tradiciones como los sones, los bailes y la gastronomía oaxaqueña que supera sus fronteras (El Chapulín Restaurante-Expresión Oaxaqueña-Facebook).
CREATIVIDAD Y EL BUEN HACER CULINARIO DEL OAXAQUEÑO EN TOULOUSE
Marvin Mesinas Quero, oaxaqueño, en sociedad con Alan Benítez, de Puebla, ambos migrantes son propietarios del restaurante Mexcal en Toulouse, en el sur de Francia.
Desde hace una década, después de vivir por distintas ciudades de América y Europa, los mexicanos sureños coincidieron en la también conocida Ciudad Rosa, donde se han dado a la tarea de reinterpretar la gastronomía de sus entidades natales, exenta de “clichés” o lugares comunes.
Ofrecemos una comida fusión mexicana (no solo oaxaqueña), pero con la salvedad de que la materia prima proviene de una red de productores locales, orgánicos y frescos”, comentó Marvin.
Consideró que hoy en día, predominan los mismos menús de lo que supuestamente es la cocina mexicana, avasallada por las multinacionales que se han apropiado de los tacos, los tamales, el mole, el chocolate.
Mesinas y Benítez apostaron por nuevas propuestas, en las que las texturas son distintas, los maridajes con mezcal son posibles, y las combinaciones, una aventura inimaginable.
El negocio de los mexicanos en Toulouse, colindante con los Pirineos, cuenta con una máquina de hacer tortillas, emplean hierbas, vegetales y otros ingredientes locales que hoy en día forma parte de su cocina mexicana moderna y contemporánea, que acercan a los paladares de europeos inquietos por vivir una experiencia en el paladar (mexcaltoulouse en Instagram).