Se llevaron las malditas urracas mi ave preciada.

Tenía un ave hermosa,
sus ojos oscuros me alegraban la vida
un solo trino aliviaba mis penurias
tenia plumas tornasol y el pico rojo
Cuando volaba en mi cielo
me cimbraba todo, pero
llegaron las urracas parlanchinas
le envenenaron su pensamiento.
Le enseñaron sus miles de fantasías
y le corrompieron el corazón,
se la llevaron una mañana
con la ilusión de la libertad
Cuando tenía todo y no le faltaba nada
voló por cielos distantes
siempre aleccionada por siniestros planes.
Hoy vuela en otros confines llena de dudas,
en las tardes de abriles
de eneros y octubres nostálgicos tristes,
añora las tardes en que envuelta en caricias
miraba acercarse la noche con un cielo de estrellas
Las aves migratorias regresan al nido
las aves malditas que se la llevaron
seguirán infelices en sus nidos infelices
mientras el ave que cantaba a mi lado
se habrá contagiado de sus horribles cantos.
Tal vez ya nunca cante con dulzura
porque se habrá contagiado de graznidos graves
y cantos mortuorios
que las urracas parlanchinas solo saben hacer.
Vuela hermosa ave en cielos ignotos
en mares lejanos miraras tu reflejo
quizás con el tiempo añores lo lejos
que abandónate al amor en tu nido.
Tal vez despiertes una mañana deseando volver,
no te tengo una jaula de oro
solo te guardo un corazón ansioso
que quiere oír tu canto de amor y sentimiento,
Que tanto añoro.





