¿Por qué no debes ser aval de un conocido o familiar?
Quizá después de leer este artículo, algunas amistades o familiares te dejen hablar; pero la realidad es que siempre es mejor pensar en tu tranquilidad financiera y la de tu familia antes de quedar bien con otra persona, y de paso terminar con una mancha en tu historial crediticio.
“La familia está para apoyarte” un conocido dicho mexicano que, a veces, es un arma de doble filo, más cuando se trata de dinero.
Para tener un mejor contexto, debes saber que el 29.4% de los mexicanos tiene una nota mala en el Buró de Crédito por ser aval de un conocido, de acuerdo con un sondeo realizado en 2017 por la comparadora de servicios financieros Coru.com y la encuestadora Brad.Feebbo.
¿Sabes qué es un aval?
Un aval es una persona que actúa como garantía de que pagarás el adeudo o crédito que solicitas, eso quiere decir que, si la persona o empresa que contrajo la deuda no paga, la institución que realizó el préstamo tiene el derecho de exigir al aval que cubra la deuda.
Sí, como lo escuchaste, al fungir como aval la deuda pasa a tu nombre y tienes la obligación de pagarla aunque no hayas gastado ese dinero.
Además, si tienes un buen historial crediticio es un riesgo ser aval de una persona, que de antemano, sabes que quedará mal. Aunque el adeudo no sea por mucho dinero, la mancha de la deuda en tu historial crediticio te perseguirá hasta que tu familiar, amistad o tú liquiden el saldo a deber.
Riesgos de ser aval (si no se paga el adeudo)
Tendrás que pagar un adeudo que no es tuyo
Esa deuda queda registrada en tu historial crediticio
La institución que otorgó el préstamo, querrá recuperar su dinero, por lo que te llamarán (a tu casa, tu celular o a las referencias que diste) para poder realizar algún cobro
Si el adeudo llega a proceder jurídicamente, tendrás que afrontar acciones legales en tu contra
Corres el riesgo de embargo del bien que se tiene como garantía del adeudo
La opción más sencilla es negarse a ser aval, si no tienes plena confianza que la persona pagará en tiempo y forma su adeudo.
Quizá lo tomen a mal tus conocidos o familiares, pero como dice el refrán “más vale prevenir que lamentar”, no por ayudar a otra persona vas a echar por la borda la buena reputación en tu historial crediticio.
Aceptar la solidaridad en una deuda, te obliga a tomar una responsabilidad que originalmente no es tuya, por lo tanto ¡piensa antes de dar el sí!