Teñido de Verdi, empezó el fmx-Festival de México
Y la noche se tiñó de Verdi. Con la portentosa voz de la soprano Maria Guleghina, acompañada por el Coro y la Orquesta del Teatro de Bellas Artes, el fmx-Festival de México en el Centro Histórico inició el jueves pasado su edición 29.
Luego de que el coro y la orquesta, bajo la dirección de Enrique Patrón de Rueda, abrieran la gala con la obertura de Nabucco, la presencia de Guleghina fue saludada con una gran ovación. Su primera intervención, un fragmento de Aída, arrancó del público un espontáneo grito de “¡bravo!”, que contrastó con las notorias desafinaciones de la sección de metales en la marcha triunfal.
“He aquí donde se ve el delito”, cantó la soprano, y pareció como si hablara del tropiezo que debe haberle costado al culpable un llamado de atención. Pero se trataba de celebrar a Verdi, así que una vez superado el escollo la luz volvió a brillar, cuando el coro preguntaba —y se contestaba—: “¿Qué alegra la vida de los gitanos?/ Las gitanillas”.
La gala Verdi, realizada en honor al 200 aniversario de su nacimiento, incluyó también fragmentos de Macbeth, La traviata, El trovador, Un baile de máscaras, Ernani y Las vísperas sicilianas. El público mostró su adoración por la diva, quien con paciencia pidió que cesaran los aplausos cuando todavía no acababa de cantar, y acabó por ofrecerle, como cantaba en uno de los pasajes de Ernani, “un edén de delicias”.
En la inauguración, Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, señaló que a lo largo de su historia, durante unas semanas el festival ha logrado crear “una verdadera fiesta del arte en esta ciudad capital”. Anunció que en la siguiente edición, para celebrar sus 30 años, “empeñaremos todo nuestro compromiso para que retome sus mejores momentos y que, además, sea parte de un trabajo permanente de este Palacio de Bellas Artes, en donde queremos y trabajaremos para que vuelva a ser el gran escenario de nuestro país”.