Con saliva, científicos buscan predecir cáncer en niños
Milenio
México
Investigadores del Laboratorio de Genómica Clínica, del posgrado de la Facultad de Odontología (FO) de la UNAM, estudian muestras de saliva para detectar si las variantes en determinados genes hacen que los niños tengan riesgo de desarrollar cáncer.
Gabriela Mercado Celis, académica del posgrado, explicó que en los infantes indagan tres genes (interleucina 6, 8 y 10) relacionados con la inmunidad innata, es decir, con el sistema de defensas del propio cuerpo.
Primer estudio
En colaboración con el Hospital Infantil de México Federico Gómez y el Instituto Nacional de Pediatría, realizaron un primer estudio enfocado especialmente a niños; tomaron las muestras de 100 infantes con cáncer y las compararon con las de 300 adultos sanos, esto debido a que investigaciones en adultos han detectado que las variaciones en los genes de inmunidad innata provocan que, en determinadas personas, haya más riesgo de tener cánceres como el gástrico y de cavidad oral.
Los universitarios escanearon los genes y encontraron tres variantes, dos de ellas aumentan el riesgo y la otra lo disminuye.
En los adultos sería entendible, pues por el estilo de vida —fumar, la dieta, exposición a la radiación solar— se acumulan ciertas mutaciones que representan un factor de riesgo para, en algún momento, desarrollar ese padecimiento.
Pero si se desarrollara solo por esas mutaciones, los niños no deberían tenerlo, pues su periodo de vida aún es muy corto. Por ello, detalló, se piensa que hay una predisposición genética en el cáncer pediátrico y algunos análisis establecen que hasta 30 por ciento de los casos puede deberse a ello.
En México, agregó la investigadora, el cáncer es la primera causa de muerte por enfermedad en los niños. De acuerdo con el Inegi, se registran tres defunciones por cada 100 mil habitantes menores de 20 años a causa de ese mal.
“Los tipos más frecuentes en pediatría son las leucemias, linfomas, tumores en el sistema nervioso central y sarcoma. Parece ser que en los sarcomas se encuentra más cáncer hereditario, pero queremos corroborarlo en nuestra población”, dijo.
Mercado Celis obtuvo este año un Estímulo a Investigaciones Médicas Miguel Alemán Valdés, que otorga la Fundación Miguel Alemán, en copatrocinio con la UNAM, y el cual canalizará a incrementar hasta 300 o 500 las muestras de pequeños con esa afección.
Con la asociación “Aquí nadie se rinde”, también buscará identificar factores genéticos en mil familias y hacer un estudio epidemiológico. Una primera fase se centrará en las que viven en Ciudad de México, y posteriormente se extenderá a diferentes estados de la República.
Además, están buscando recursos para otro estudio enfocado a los niños enfermos y sus padres. “Tomaremos saliva de los papás y los hijos y haremos un cuestionario extenso acerca de riesgos ambientales. De la saliva extraeremos ADN para analizar los genes, no solo los de inmunidad innata, lo que nos ayudará a identificar algunos ya descritos y otros nuevos que pudieran estar alterados”.
Biomarcadores
La saliva contiene biomoléculas, ácido desoxirribonucleico (ADN) y ribonucleico (ARN), además de proteínas que, igual que la sangre, ayudan a hacer diagnósticos.
Actualmente, explicó la investigadora, hay muchas pruebas comerciales para diagnosticar mediante ese fluido diversas enfermedades, como VIH o el virus del ébola.
“Tanto para enfermedades locales de la boca como sistémicas, todas estas moléculas pasan de la sangre a la saliva y entonces las podemos identificar. Además, la saliva tiene muchas ventajas en comparación con el uso de la sangre como medio diagnóstico: la toma es fácil, es un procedimiento no invasivo, su manejo es más seguro y no requiere de personal calificado, pues el mismo paciente puede tomar su muestra”, expuso la universitaria.
Por ello, concluyó, desde 2015, año en que se estableció el Laboratorio de Genómica Clínica, se cuenta con equipo para realizar estudios en ese fluido, con el objetivo de desarrollar aplicaciones clínicas y crear un banco de muestras que ayude no solo a investigaciones odontológicas, sino de la medicina en general, que requieren muestras de pacientes y voluntarios sanos.