IMSS: estrés, un factor influyente en el padecimiento de colitis nerviosa

· La colitis nerviosa es simplemente otro nombre para la condición del síndrome de intestino irritable

La colitis es un desorden digestivo que afecta el modo en cómo trabaja el intestino. Dependiendo de la intensidad del problema, cada persona tendrá síntomas que van desde imperceptible hasta bastante severo.

El jefe de Prestaciones Médicas, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Oaxaca, Juan Pablo Matadamaz Ortiz, indico que si bien los efectos negativos de la tensión son asumidos por casi todos los órganos y procesos fisiológicos del cuerpo, los más afectados son, el sistema cardiovascular, el sistema nervioso y el sistema endocrino. Estos tres están íntimamente relacionados y cualquier cosa que afecta a uno de ellos siempre va a afectar a los otros dos.

El estrés a menudo conduce a hábitos poco saludables como saltarse comidas, comer comida chatarra, etc; ello produce estragos en el ritmo metabólico normal.

Esto, a su vez, debilita el sistema inmunológico debido a que el cuerpo no reciba la cantidad correcta de la nutrición.

Algunos de los síntomas más comunes de la Colitis Nerviosa, son, el estómago distendido debido a la retención de gases, dolor en zona abdominal, náuseas, cólicos, ruidos en el abdomen, estreñimiento, diarrea o vómitos, dolor de espalda, hipersensibilidad al frío, insomnio y ansiedad.

Sin embargo y dependiendo del tipo de colitis pueden aparecer otros síntomas más graves como hemorragia, diarrea intensa y deshidratación.

Por lo que lo recomendable es que acuda a su unidad médica más cercana, llevar una dieta saludable y evitar los factores que disparan los síntomas, como son reducir el estrés, disminuir carnes rojas, embutidos, lácteos, condimentos artificiales, repollo, coliflor, lechuga, licor y cigarro.

Finalmente refiere que una buena alimentación no solo previene estos problemas, de la misma manera reduce el riesgo de adquirir enfermedades como diabetes mellitus, hipertensión arterial y cardiopatías, etcétera, puesto que los nutrimentos que se encuentran en una alimentación balanceada sí son aprovechados por el organismo para su correcto funcionamiento.

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