Amilcar, el funcionario que tiene secuestrada a la UABJO
Por Victor Castillo Stgo.
Corresponsal
Oaxaca, Oax.- a 3 Octubre 2016 .- Trabajadores adheridos al Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Oaxaca (STAUO), alertaron sobre una nueva traición de Taurino Amílcar Sosa Velasco.
Denunciaron que fiel a su costumbre, el ex secretario general de ese organismo sindical, manipula a la directora, docentes y estudiantes de la Facultad de Enfermería Oaxaca para mantener la toma de Ciudad Universitaria por tiempo indefinido.
Argumentando que existía desinterés por parte de las autoridades para atender el conflicto de Enfermería, incitó a la comunidad de esa institución para cerrar las instalaciones universitarias.
Sin embargo, a decir de los denunciantes, lo único que busca Amílcar Sosa es tratar de desestabilizara la Universidad y demostrar capacidad de organización, con el fin de obtener prebendas para él y su pequeño grupo de incondicionales.
Como hasta el momento ni las autoridades de la UABJO ni el Gobierno del Estado han cedido a sus chantajes, el también Secretario de Administración se ha empeñado en mantener a toda costa la toma.
“Lo que menos le importa a Amílcar es la Facultad de Enfermería, y no se diga la Universidad, lo único que quiere es mantener sus cotos de poder y obtener beneficios para él y su camarilla”, agregó.
Criticaron la actitud del funcionario de la UABJO, quien por un lado se desempeña como Secretario y por otro mantiene secuestrada a la institución en la que cobra un jugoso sueldo quincenal y prestaciones muy superiores a las de cualquier trabajador universitario.
Cabe mencionar que la toma de la Universidad entra en su tercera semana. Durante este tiempo, 18 mil estudiantes de Escuelas, Facultades e Institutos han perdido clases y todos los servicios se encuentran suspendidos.
De acuerdo con las autoridades de la UABJO, se han visto especialmente afectados los estudiantes que quieren tramitar becas y documentación, así como inscripciones y reinscripciones. Las pérdidas económicas también han sido mayúsculas, pues se estiman en más de tres millones de pesos diarios.
