Cómo entretener a los niños
Por Horacio Corro Espinosa
Cada que se acercan las vacaciones de semana Santa, o las de fin de año o de fin de cursos, los padres de familia se organizan de tal manera para no dejar a los hijos solos en la casa. Muchas veces tratan de disfrutarse haciendo tareas juntos como el arreglar la casa o en fin.
El no tener clases casi un millón y medio de niños oaxaqueños, vino a romperles el esquema a miles de familias en estos días de regreso a clases. Y entonces, ¿qué van a hacer todos estos niños? Pues lo más fácil: ver televisión durante horas y horas hasta llegar a la aburrición.
Hay estudios que demuestran que figuras históricas como Cuauhtémoc, Moctezuma, Pancho Villa, Zapata, son menos populares entre la niñez que Brozo, Chavelo o Paty Chapoy.
Se asegura que la televisión provoca más daños que beneficios. La dosis de violencia dominadora en muchos programas de televisión, vuelve violentos a los niños y actúa como una especie de vacuna sicológica, pues inmuniza a los pequeños contra la agresividad que hallarán en el mundo real.
Diversos estudios muestran que, como promedio, los niños en edad escolar pasan ante el televisor más tiempo que en la escuela (más de 1400 horas al año contra apenas 920, sin contar puentes, huelgas, días feriados, escándalos de los educadores y clases perdidas por ausencias y crudas del maestro).
Se ha probado, por ejemplo, que 6 ó 7 de cada 10 niños, son capaces de conocer al instante una larga lista de anuncios publicitarios, y sólo 4 de cada 10 saben identificar al autor de la frase: “El respeto al derecho ajeno es la paz”.
La Secretaría de Educación Pública, asegura que la mayoría de los niños contraen el hábito de mirar televisión sólo por imitar a los adultos. Y si pasan 3 ó 4 horas diarias ante la pantalla, lo hacen por aburrimiento, porque los mismos adultos les impiden o no se les facilitan otro tipo de diversión.
Hay otros estudios donde muestran que son los adultos quienes orillan al niño a mirar la televisión por carecer de tiempo o ganas para jugar o platicar con él.
En la universidad Anáhuac, del D.F., estudiaron de modo especial la importancia de la violencia social, y hallaron que el “mal ejemplo” que maneja la televisión, aumenta la tolerancia del individuo ante la violencia. Asegura que después de contemplar escenas violentas, el hombre se sorprende menos cuando le toca presenciarlas en la vida real. Por lo tanto, la persona se vuelve indiferente, menos dispuesta a quejarse o actuar contra abusos e injusticias. Por otro lado, el hombre se hace menos asustadizo y poco a poco va perdiendo la capacidad de sorprenderse.
Dicen que en Cuba, los niños sólo ven televisión cuando sus padres los obligan, y en México, dicen que el mejor método para destelevisar a los pequeños, es el de amarrarlos ante la tele para que se chuten todos los programas del gobierno.
Lo que sí es cierto, es en señalar que los padres tienen la especial responsabilidad sobre los efectos que la televisión causa en el niño. Asimismo, los padres tienen la responsabilidad de inducir al niño hacia la buena lectura, los buenos juegos, la buena música y las buenas amistades.
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