¿Cómo tranquilizar a los niños después del temblor?

Ciudad de México.-Tras el violento sismo que sacudió la Ciudad de México y otros estados de la República este 19 de septiembre de 2017, es común sentir miedo y angustia por la tragedia. Y quizá uno de los grupos más vulnerables en este sentido son los más pequeños. ¿Cómo se recomienda manejar la situación de emergencia con los niños?

La doctora Delia Hinojosa, presidenta de la Asociación Psicoanalítica Mexicana (APM), brindó útiles consejos para dirigirse y tratar a los más pequeños en estos momentos de crisis.

En vista de que muchas escuelas de enseñanza básica y media básica suspendieron labores, es muy probable que los niños se encuentren en casa. Entonces, lo mejor para evitar que sufran secuelas de orden psicológico es manejar la información cuidadosamente.

“Primero, hay que explicarles lo que pasa de una manera concreta y realista”, inicia la doctora Hinojosa. “Si, por ejemplo, se cayó un árbol y aplastó el auto, hay que decirles exactamente lo que sucedió, sin mentirles. Eso es muy importante”.

Sin embargo, aclaró que las explicaciones deben adecuarse a la capacidad de comprensión del niño, de modo que pueda entender qué sucedió, sin alarmarse, y explicarles de modo simple cuáles serán las consecuencias que a él o ella le afectarán.

Por otro lado, para tranquilizarlos, hay que proceder a explicarle que ya hay gente especializada que está ayudando a quienes resultaron afectados con lo que ayer se vivió, y que no hay por qué preocuparse en exceso.

“También hay que evitar que los niños pequeños vean las noticias, pues muchas veces están son muy impactantes y en ellas aparecen imágenes alarmantes que un niño no puede procesar y resultan traumáticas, lo que facilita que se desarrollen fobias u otras patologías”, enfatizó la presidenta de la APM.

Otra acción importante es preguntarles cómo se sienten y qué es lo que los está preocupando. Asimismo, es necesario tener la capacidad de contener a los niños: abrazarlos, hablarles calmadamente, permitirles que lloren y expresen abiertamente sus miedos, y que los perciban como algo normal.

Finalmente, también ayuda el que los niños se involucren en el apoyo a la comunidad y a los afectados. Si es posible, hay que permitirles que ayuden, por ejemplo, a preparar sandwiches para los rescatistas o que repartan agua. “Es importante que el niño pueda participar”, puntualizó la especialista.

Ahora bien, si en la familia hubo una pérdida importante o un evento traumático grave, resulta recomendable que otra familia o un adulto responsable —que, desde luego, sea de entera confianza— que se encuentre en un lugar seguro cuide del niño o de la niña. “Esto evita que el menor esté en contacto constante con una familia que está afligida y que esto agrave su estado emocional”, aclaró la doctora Hinojosa.

En resumen, lo mejor es:

informarlos de manera simple, directa, concreta y sin mentiras;
permitir que expresen libremente sus sentimientos y preocupaciones;
tranquilizarlos diciéndoles que ya hay gente atendiendo la emergencia;
impedir que vean noticias impactantes;
dejar que ayuden, y
evitar que estén en contacto con una familia en crisis o afligida.

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