Hombre deja la ingeniaería para convertirse en sacerdote gracias a sus EX NOVIAS

MILENIO

Santiago Kiehnle tomó el hábito en la primera consagración como Obispo Auxiliar del padre Andrés García Jasso.

Santiago Kiehnle es un hombre de sonrisa amable y liviana, la cual regala a cada persona que se le acerque, a pesar de ser ingeniero industrial, su don de gente lo llevó a seguir su corazón y dedica su vida al sacerdocio.

Para Santiago, la vocación llegó a los 13 años cuando fue a una misión pastoral de la escuela donde estudiaba, pero la ignoró y siguió con su vida normal como cualquier joven de su edad, siguió con sus estudios y hasta se enamoró.

“Desde hace muchos años, sentí la inquietud vocacional, pero me costó demasiado seguirla, ya que no quería dejar a mi novia, mis amigos, mi familia, mi casa, mi trabajo, mis proyectos, mis planes… ¡Dejarlo todo! Es por eso que tardé 13 años en darle mi sí definitivo a Dios”, relata el sacerdote.

sPresisamente el amor fue algo que lo acercó más a Dios. Santiago recuerda que fueron dos de sus ex novias las que lo acercaron más a la iglesia y quienes lo motivaron a dejar todo por seguir el camino del sacerdocio.

“Curiosamente Dios se ha sirvido de dos novias mías para traerme hasta aquí. Una de ellas me acercó mucho a Dios y me enseñó cuánto me puede llenar si le abro mi corazón y la otra me hizo ver lo vacía que era mi vida sin él”, comenta.

Fue hasta que cumplió 25 años, ya egresado de la carrera en Ingeniería Industrial en la Universidad Anáhuac, cuando se decidió a ingresar al seminario, siete años más tarde de la media en la que los jóvenes inician su preparación sacerdotal.

“Yo siempre me he considerado un consentido de Dios; gracias a él nunca me ha faltado nada, siempre he tenido todo lo necesario y mucho más, pero se estaba guardando el tesoro más grande de todos y lo guardó hasta el momento en que estuve listo para salir a buscarlo”, dice.

Tras una larga preparación sacerdotal de 11 años y después de haber cursado el Diaconado Transitorio, Santiago, junto a José Alfredo Rodríguez, se consagró a la vida sacerdotal en la Iglesia de la Covandonga en la Ciudad de México.

ssSantiago Kiehnle tomó el hábito en la primera consagración presidida por Andrés García Jasso, el Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México recién nombrado por el Papa Francisco.

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