Melissa, la abogada transgénero reconocida

El imparcial
A sus 36 años, ella se ha convertido en un ícono, sus pasos han tocado fibras legales para llegar a ser la primera profesionista transgénero en obtener la documentación legal que la acredita en Oaxaca.

Los pasos que ha dado Melissa han sido decisivos, es la primera transgénero en obtener su título universitario, en cambiar su nombre de forma legal de hombre a mujer y en trabajar en dependencias de gobierno como mujer.

Alta, de temple firme, con una mirada decisiva y con motivación, explica que su vida no ha sido fácil, sus retos han despertado en ella las ganas de llegar lejos y de mostrar que la diversidad va más allá de la imagen.

Decidir ser Melissa

El nombre fue elegido de repente, lo escuchó, lo analizó y decidió llevarlo como parte de su identidad. Para ella, el proceso legal comenzó desde hace diez años con su incursión laboral en el Consejo Estatal para la Prevención y Control del SIDA (Coesida), en donde ejercía como abogada, pero con los inconvenientes legales de su nombre de hombre.

“Ahí, se da todo lo del trámite legal, en mi gafete decía licenciada Melissa, pero si tenía que firmar un documento legal, tenía que usar mi nombre anterior”, explica.

57edb660a205419c5cffb3afEn abril de 2015 fue aprobada la modificación al Código Civil del Distrito Federal, el cual reconoce el cambio de identidad sexual como un proceso administrativo, gratuito y rápido, Melissa con su Asociación Civil Conquistando Corazones, fue parte de una de las 47 ONG que impulsaron tal cambio.

Este cambio legal en la Ciudad de México logró desaparecer el proceso judicial de cambio de identidad de género, que hasta 2008 contenía una serie de aspectos, desde el alto costo que llegaba hasta los 70 mil pesos y la valoración de peritos que emitían un dictamen para comprobar si eran aptas las solicitantes, además de un examen psicológico que comprobara la madurez de la persona para el cambio definitivo.

Melissa mencionó que se encuentra promoviendo este trámite administrativo en Oaxaca, ya que en el mes de julio, varias organizaciones presentaron la iniciativa, por lo que esperan que la próxima administración lo apruebe.

Exhorta a los partidos políticos y autoridades competentes para reconocer el tema como una realidad, argumentando que así como hay equidad de género debe existir la equidad de la diversidad sexual, “el artículo primero de la Constitución dice que todas las personas por el simple hecho de ser personas tenemos los mismos derechos, al no respetarlas están violando nuestros derechos fundamentales”.

El cambio no sólo es físico

“Cuando estudié en las universidad, que fue en la generación 2000-2005, yo todavía iba de chico, estaba en mis últimos años de mi proceso hormonal, iba con la endocrinóloga, pero todavía no vivía como mujer al 100 por ciento, fue bastante difícil porque existía discriminación de los compañeros que tenía, pero al día de hoy, puedo decir, orgullosamente que todo lo que he hecho ha servido para ser lo que en realidad quiero ser”.

Melissa se tuvo que someter a un proceso hormonal con una especialista, aunado a ello, conjuntar su tratamiento físico con la parte emocional con un psicólogo, un aspecto que ella recomienda como vital para tener un cambio integral, “cuando tomas hormonas tienes altibajos, te deprimes y los profesionistas te ayudan a que lleves este proceso y no sea tan duro”.

La discriminación, el arma social

La discriminación la ha vivido en todos lados, en dependencias gubernamentales, en la calle, en negocios, en la escuela, “siempre el cuchicheo, la burla, los chismes de pasillo y obviamente es por la ignorancia, la educación y la información para ver que hay diferentes formas de amar y de ser”.

La diferencia social que ha padecido ha sido latente, hasta en la comunidad homosexual más grande de Oaxaca, “es mentira que en Juchitán no haya discriminación o que sea el paraíso de las muxes, mis compañeras muxes han luchado mucho, pero en todos lados hay discriminación”. Ello por algunas experiencias que ha vivido en la comunidad zapoteca, por lo que desde su percepción le ha hecho entender que este mal afecta a todas las sociedades.

En este sentido, su labor como abogada la ha dedicado a defender casos de homofobia y privación de la libertad, entre otros casos que atañen a la comunidad LGBTTTI.

“Hay muchos casos de homofobia, en los cuales la mayoría no quiere documentarlos por el temor, porque dicen que no sirve de nada y no se da seguimiento o se enfrentan a que cuando van a una dependencia, quien los atiende los discrimina, es doble estigma” externa.

Otras de las actividades a las que se dedica es a dar pláticas de sensibilización a funcionarios públicos, policías municipales, estatales y agentes estatales de investigación.

Respeto a la diversidad

“Yo rescato que ha valido la pena hacer todo esto, es un orgullo para mí ser la primera mujer trans en el estado en tener un título profesional, es un parteaguas para muchas chicas que no se atreven a hacerlo, aquí ven un ejemplo”.

Melissa es un ejemplo de la diversidad, busca ayudar y orientar. Ella se siente fuerte, con el apoyo de su familia y con planes a futuro de estudiar una maestría en el tema de los derechos humanos, viajar y seguir emprendiendo iniciativas sociales.

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