Joven comparte cómo por ‘derecho de piso’ tuvo que desmantelar su sueño
La mujer compartió cómo comenzó su sueño y la forma en la que tuvo que abandonarlo para salvar a su familia.
EXCELSIOR
En un emotivo relato compartido a través de la plataforma TikTok, una valiente mujer originaria de Nezahualcóyotl, Estado de México, reveló el desgarrador proceso que vivió al emprender un negocio en la colonia donde creció y cómo se vio obligada a cerrarlo en menos de un mes debido a amenazas del crimen organizado.
La emprendedora, cuyo nombre se mantiene en el anonimato por razones de seguridad, decidió abrir una tienda de ropa en la colonia que la vio crecer. Con nostalgia y la esperanza de contribuir al desarrollo de su comunidad, comenzó a acondicionar el local con esmero, invirtiendo en la renovación del espacio, mobiliario y en la creación de su propia marca.
La mujer compartió que inicialmente había incursionado en la venta de ropa a través de redes sociales, pero su sueño siempre fue contar con un espacio físico para ofrecer sus productos. Su éxito inicial atrajo la atención no deseada cuando clientes de otras zonas empezaron a acudir a su tienda, antes de ofrecer servicio solo a través de entregas en el metro.
“Los clientes llegaban de otros lados a visitar la tienda, (anteriormente entregábamos en el metro y esta vez ya teníamos la tienda cerca para atenderlos). Justo eso fue lo que comenzó a llamar la atención de la maldad”, expresó la emprendedora.
La tragedia golpeó a la empresaria a los 20 días de la apertura, cuando recibió una llamada telefónica de su hermana informándole que individuos armados y motorizados habían llegado exigiendo un “derecho de piso”. “Llegaron unos perros, y están pidiendo derecho de piso, traen motos, camionetas y pistolas, son un montón de cabrones. Agarraron a Michel y a mi Micky, pero todos están bien”, narró la hermana.
A pesar de la opción de pagar la extorsión para preservar su fuente de ingresos, la emprendedora tomó la difícil decisión de cerrar su negocio por la seguridad y tranquilidad de su familia. “Esa misma noche, con mucho coraje y tristeza tomamos la decisión de desmantelar la tienda. A la mañana siguiente ya no había nada en el lugar. No queríamos dejar ni rastro de nosotros”, confesó.
Aunque el cierre de su tienda fue un golpe duro para la mujer y su familia, ella comparte un mensaje de esperanza. “Un sueño se nos había arrebatado… Nos dolió muchísimo, pero nada material vale la pena si alguien amado está en peligro. Aún así, agradezco todo, Dios siempre tiene planes perfectos para mí”, concluyó la emprendedora.
Este lamentable episodio refleja la cruda realidad que algunos emprendedores enfrentan al tratar de mejorar sus comunidades, destacando la necesidad de abordar de manera urgente el problema del crimen organizado que afecta a diversas regiones del país.
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