Colonos vuelven a cerrar el basurero municipal hasta que se cumpla acuerdo
Paloma Duarte
Una vez más, habitantes de colonias aledañas al basurero municipal, decidieron cerrar el tiradero, para exigir a las autoridades del gobierno del Estado cumplan con la minuta que mantenían establecida.
Los integrantes de las colonias Zapoteca, Guillermo Gonzales Guardado, Vicente Guerrero, Olimpo, Valle Dorado así como Campo Real decidieron evitar que los carros de los municipios aledaños que tiran su basura en el tiradero municipal ingresaran.
Encabezados por la autoridad auxilia, Reye Francisco Valencia Farías, representante de la Colonia Vicente Guerrero indicó que hasta el momento las autoridades del gobierno del Estado no les han cumplido sus demandas.
Indicaron a través de su representante que existen minutas de trabajo firmadas con autoridades de diversas dependencias, sin embargo hasta el momento no han dado respuesta a los planteamientos que hicieron.
Luego del 3 de julio el acceso al basurero municipal permanece bajo control de los habitantes, ellos deciden quienes entran a tirar sus desechos y quienes ya no, principalmente aquellos que tuvieron alguna relación con la organización 14 de Junio.
La operatividad del tiradero también funciona bajo los designios de los pobladores quienes han establecido horarios para que los camiones recolectores ingresen a la zona.
En este contexto, quienes más perjudicados salieron fueron los pepenadores, y es que, tras relacionarlos con la organización de Francisco López fueron echados de su lugar de vida y así como de trabajo.
En tres horarios diferentes incluyendo el nocturno los menores trabajaban desde los 5 o 6 años hasta los 18. Muy pocos con chalecos y medidas higiénicas rastreaban los caminos de basura y encontraban plástico, latas metálicas o algo que pudiera reciclarse para venderlo.
Los precios que les pagaban eran muy bajos, lo que los obliga a intentar conseguir todo lo posible en el horario que les correspondía, más allá de eso no podían hacer más que buscar quien les pagará a un mejor precio lo que obtenían.
Esa situación era difícil para ellos sin embargo, ahora lo es más, pues están lejos de casa, pasan más frío y hambre del acostumbrado. La vida en el basurero Municipal de Oaxaca de Juárez ubicado en inmediaciones del ayuntamiento de Zaachila era cotidiana para ellos; “te levantabas, comías lo que podías, y te preparas para salir una vez más a buscar lo que diera más”.
Ahora tratan de vivir en el zócalo con los refugiados triquis, tienen que buscar una nueva forma de vida y trabajo, mientras los pobladores continúan acusándolos de delitos que no cometieron.