Donald Trump enfurece al Partido Republicano: se plantean forzarle a abandonar el puesto

donald-trump-mike-pence-reutersDonald Trump está destruyendo en poco tiempo lo que había construido durante meses. Hace dos semanas fue elegido oficialmente candidato republicano a la Casa Blanca en la convención de Cleveland. Su ascenso a candidato ha sido un paseo. No ha tenido rival digno. La gente le apoya, pero no pasa lo mismo dentro de su propio partido. Con sus últimas actuaciones ha conseguido una oleada masiva de críticas, algunos incluso han llegado a plantearse la opción de que el magnate abandone la carrera hacia la Casa Blanca.

Las últimas actuaciones de Trump están empezando a levantar ampollas entre los republicanos más moderados, que no pueden entender cómo su candidato es capaz de criticar a los padres de un soldado musulmán caído en Irak, calificar a su rival demócrata de “diablo”, echar a un niño de uno de sus mítines o criticar a diestro y siniestro a los mexicanos.

Trump empezó enfadando al presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, que hasta ahora había sido uno de los respaldos más sólidos de Trump, y a su jefe de campaña, Paul Manafort. Primero criticó a los padres de un soldado musulmán que murió en Irak en 2004 en un acto heroico. Después echó de uno de sus mítines a una madre y a su bebé que lloraba.

La cosa no quedó ahí. En una entrevista en el diario The Washington Post, Trump afirmó que no respaldará ni a Paul Ryan ni a John McCain en las primarias para la reelección de Wisnconsin y Arizona, sus respectivos estados. Dos nuevos enemigos se sumaban a la lista.

Este mismo miércoles, la presidenta de Hewlett Packard (HP), Meg Whitman, una de las mujeres ejecutivas (y republicana) más importantes del mundo, dijo que votaría a Hillary Clinton, ya que el candidato republicano “pondría en peligro la estabilidad y la seguridad del país”. Se sumaba así a la deserción pública de Richard Hanna, congresista conservador por Nueva York, el estado del candidato.

¿Pueden forzar su abandono?

El descontento se expande sin control. Según publica ABC News, algunos miembros del partido han comenzado a sondear la posibilidad de que Trump se retire como candidato y deje paso a otro candidato con un perfil más moderado. La petición empezó haciéndola Obama, al asegurar que el magnate “no está preparado para ser presidente de Estados Unidos”.

Sin embargo, para que esto suceda, tiene que darse el caso de que Trump renuncie a ser el candidato. Nadie puede echarle, pero sí forzarle, persuadirle y convencerle para que deje vía libre a un nuevo aspirante. De producirse este supuesto, tendría que suceder antes de la primera semana de septiembre, ya que al menos 168 miembros del Comité Nacional Republicano deberían consensuar su sucesor.

Trump ha pasado de ser un candidato extravagante con pocas opciones a convertirse en cabeza de cartel destacado. Sin contrincantes. Su nominación es ya una realidad. Y aunque Hillary Clinton domina las encuestas previas a las elecciones de noviembre, los demócratas no pueden dormirse, ya que la diferencia no es muy elevada.

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