Denuncian inconsistencias de pescadores sobre polígonos de protección de vaquita marina

Todas las redes proporcionadas por las cooperativas y federaciones de pescadores representan un riesgo de mortandad de vaquitas y otras especies protegidas, dice científico

EXCELSIOR

Advierten inconsistencias de pescadores sobre polígonos de protección de vaquita marina.

Conocido a nivel internacional como Mr. Vaquita, el mexicano Lorenzo Rojas-Bracho, es sin duda el científico que más conoce sobre el mamífero marino en mayor peligro del mundo, del que sólo quedan entre 10 y 13 ejemplares.

Doctor en Biología Marina, Rojas-Bracho, lleva más de 25 años estudiando a la vaquita marina (Phocoena sinus), la más pequeña de las marsopas, endémica del Alto Golfo de California.

Consultado por Excélsior, el también presidente del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA), advirtió sobre inconsistencias en la propuesta presentada por cooperativas y federaciones de pescadores del Alto Golfo de California al Gobierno de México, para reducir en 15 por ciento la Zona de Refugio de la Vaquita Marina (ZRV), y aumentar 25 por ciento la Zona de Tolerancia Cero (ZTC).

Explicó que existen registros históricos de avistamientos en las coordenadas que el sector pesquero pretende recortar y, que por lo tanto quedarían fuera de la Zona de Refugio de la Vaquita Marina, al disminuir su extensión de mil 840.26 kilómetros cuadrados a mil 564.22 kilómetros cuadrados.

Según los pescadores organizados, la reducción de la ZRV, “ayudaría a reabrir zonas de vital importancia para la pesca ribereña con redes de enmalle, que hasta ahora están prohibidas para la captura de camarón, curvina, chano y sierra, entre otras especies”.

El doctor Lorenzo Rojas-Bracho recordó que el área de exclusión de redes de enmalle, que contempla el Acuerdo Regulatorio de septiembre de 2020, toma como base todos los registros históricos de avistamientos de vaquitas.

 

 

Claro que se puede reducir la Zona de Refugio, podría ser conveniente, pero hay que tener claros los criterios para su disminución.

Por lo pronto, surge la duda por qué los pescadores dicen en su propuesta que revisaron los registros históricos, ¿De qué fecha a qué fecha los consultaron y que avistamientos y registros acústicos descartaron y con qué argumentos”, cuestionó.

Agregó que en la Memorial University St. John’s Newfoundland de Canadá, las redes de enmalle de monofilamento llevadas por los pescadores del Alto Golfo de California, fueron sometidas a diferentes pruebas de tensión, con el fin de medir la fuerza que se requería imprimir para poderlas romper, y la conclusión fue que cualquiera de ellas mataría a la vaquita marina.

En consecuencia, todas las redes proporcionadas por las cooperativas y federaciones de pescadores representan un riesgo significativo de mortandad de vaquitas y otras especies protegidas”, indicó.

Además, señaló que es incorrecta la sugerencia del sector pesquero de aumentar de 225 kilómetros cuadrados a 258.14 kilómetros cuadrados la Zona de Tolerancia Cero, con el sembrado de bloques de concreto y ganchos de acero, porque no cubre los recientes avistamientos y detecciones acústicas de vaquita marina, ya que sólo la crecen a lo ancho (norte) y no hacia el oeste y el este.

Destacó que la propuesta de los pescadores de San Felipe, Baja California y el Golfo de Santa Clara, Sonora, llega en momentos en que México enfrenta fuertes presiones internacionales, “y esto no se puede obviar a la hora de analizar cualquier iniciativa”.

Sí las autoridades aceptan la propuesta tal cual, – aunque esperamos que haya un análisis a fondo y una contrapropuesta -, van a tener que hacer cambios al Acuerdo Regulatorio de 2020 y al Plan de Acción de Cumplimiento avalado por la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres).

Asimismo tendrán que contemplar la comparabilidad con los programas de protección de mamíferos marinos de Estados Unidos, las negociaciones con la Comisión Ambiental del T-MEC y de la llamada enmienda Pelly, así como las discusiones sobre la lista roja del Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO”, advirtió.

El presidente del CIRVA, subrayó que las consecuencias por no cumplir con alguno de estos acuerdos serían desastrosas, no sólo en la región sino a nivel nacional y más allá de la pesca.

Sería muy positivo que las autoridades competentes analicen la iniciativa junto con el sector pesquero del Alto Golfo de California para evaluar las potenciales consecuencias, y no que únicamente le digan a los pescadores que no hay problema, que pueden utilizar las redes de enmalle como lo venían haciendo, cuando hay acuerdos y regulaciones que apuntan a los opuesto, a una prohibición total en el uso de estas artes de pesca”, manifestó.

El experto reconoció que estamos frente a una situación desesperada tanto para la vaquita marina, que se encuentra al borde de la extinción, como para los pescadores y sus familias que viven en una situación de vulnerabilidad e incertidumbre.

“En virtud de ello, la propuesta al gobierno, que incluye el uso de redes de enmalle, que están prohibidas, aunque sólo en el papel, se da como resultado de que la autoridad pesquera no ha podido o querido hacer un programa a gran escala, bien financiado y transparente de evaluación de artes de pesca alternativas, que no maten vaquitas y que permita a los pescadores llevar el sustento diario a sus hogares”, comentó.

Rojas-Bracho lamentó que Inapesca y Conapesca insistan en que ya hay estas artes de pesca alternativas y sustentables disponibles para la región.

De ser así, las tienen muy bien escondidas. Que nos digan cuántas familias de pescadores viven de estas nuevas redes, que aseguran que ya tiene el sector. Evidentemente no existen y prueba de ello, es la propuesta de los pescadores de aumentar la ZTC y disminuir la Zona de Refugio, para poder usar las redes tradicionales o de enmalle fuera de los polígonos de protección. ¡Mal para las comunidades pesqueras y mal para la vaquita!”, consideró.

Agregó que las cooperativas y federaciones no hablan en ningún momento de consecuencias para sus agremiados que no respeten las restricciones en las eventualmente modificadas Zona de Refugio y Zona de Tolerancia Cero de la vaquita marina.

Claro que está la autoridad, pero ellos como sector pesquero deben tener un código de conducta voluntario que contemple las sanciones a los que violen las restricciones. Hemos visto históricamente que muchos pescadores incumplen los acuerdos, a pesar de que recibieron compensaciones u otros beneficios en algún momento”, señaló.

Sobre la disposición expresada por los pescadores organizados de colocar rastreadores satelitales en sus embarcaciones menores, dijo que el monitoreo tendría que ser en tiempo real, porque de lo contrario no serviría de nada.

Es decir, si van a revisar los registros al final de la temporada o semanalmente de nada va a ayudar a sancionar a los infractores, pues el daño ya está hecho, tiene que ser al momento para que las cooperativas actúen y también la Secretaría de Marina”, opinó.

 

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