El diputado ideal

Mpor Horacio Corro Espinosa

En estos días de efervescencia política he tenido oportunidad de preguntarles a algunos ciudadanos comunes y a algunos líderes de opinión principalmente, qué características les gustaría que su representante federal tuviera. La mayoría de ellos coincide en que la experiencia es uno de los principales elementos. Le sigue la honestidad. Exigen limpieza en su vida pública y privada y que no traten de sorprender a la ciudadanía con su publicidad de promesas engañosas de siempre.

Todas estas respuestas indican que de todo lo que ha hecho el gobierno federal y estatal, marcará buena parte de los resultados. Los votantes decidirán si el país se mantiene paralizado o si el cambio toma otro rumbo.

Lo importante y lo definitivo esta en el momento de votar, cuando los ciudadanos elijan a su diputado federal.

En ese momento es cuando la gente piensa a la velocidad de la luz, como es cada uno de los candidatos que aparecen en la boleta: ¿es serio, honesto, busca el beneficio general o el beneficio particular o de partido?

Es el momento en que la gente decide por el candidato muchas veces, no por el partido. Ahí, en la casilla, es donde se decide el voto, no en las campañas. Son miles de preguntas que el ciudadano se hace frente a la boleta, por ejemplo ¿tiene vocación de servicio?, ¿tiene disponibilidad de hablar con las personas que no piensan como él?, ¿es congruente entre lo que dice y lo que hace?

Las preguntas que se haga el elector dependen mucho de su visión. Desde preguntas sobre los valores fundamentales como la honradez, congruencia e integridad. En cuanto al aspecto político, se preguntarán si el candidato tiene la visión de los grandes problemas y retos que actualmente necesita el país como son la corrupción y la inseguridad. Si estos temas son fundamentales para el elector, entonces, éste, debemos conocer sus propuestas al respecto.

O si su interés es otro, entonces preguntarse hasta dónde tiene conocimiento sobre la pobreza, la marginación o la impartición de justicia, etc.

Uno de los temas sobre el cual muchos candidatos se han montado últimamente es el de la familia. Habrá que preguntarles qué entienden por familia. Dentro de este tema hay muchas ramificaciones que nos pueden encaminar a hablar sobre el aborto, la clonación, la alimentación, en fin. Si el candidato no está preparado en este tema, habría que pensar muy bien si se le otorga o no el voto.

A veces no basta escoger al candidato menos maleado. Es cierto que esto puede ayudar mucho si tiene habilidad, certeza y amplia información. Esto, desde luego, es adicional a la honradez,  honestidad y cualidades básicas que debe tener el candidato.

Uno de los principales atributos en los que debe fijarse el votante, es en la coherencia que hay entre el comportamiento del candidato y el eco de sus promesas de campaña. Es tiempo que desde ahorita comencemos a ver a todos y cada uno de los precandidatos para que cuando ya posean la candidatura, no caer en el engaño de lo que ellos nos venden: su rostro y su nombre, que al final de cuentas, como ha sucedido con la mayoría, por su poca capacidad, pueden poner en riesgo a todo el país como ha ocurrido con la mayoría de los diputados de la actual legislatura Federal.

 

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