Novios sobrevivientes de Línea 12 volvieron a ser hospitalizados

EXCELSIOR

Días después de que Adriana y Aarón dieran una entrevista a Excélsior, regresaron al hospital por crisis nerviosa y malestares en el cuerpo.

Días después de que Adriana y Aarón dieran una entrevista a Excélsior, el pasado 20 de mayo, Adriana fue hospitalizada por una crisis nerviosa y dada de alta cuatro días después.

Aarón también fue ingresado de nuevo al hospital por malestares en el cuerpo y en la zona de la cirugía. Hasta la última actualización estaba previsto que este lunes fuera dado de alta nuevamente.

El cuello de Adriana está inmovilizado por un collarín.

“Me lo pusieron porque una vértebra como que se desliza cuando agacho la cabeza, entonces me dijeron que lo tenía que tener dos meses. Tuve varios golpes en las piernas, uno más aquí en la cabeza”, relata la chica de 19 años.

La mamá de Adriana está preocupada por un coágulo que tiene en la cabeza y por el estrés postraumático que la aqueja, ya no puede dormir, pues la obscuridad de la noche la recuerda el momento de la tragedia y ver el Metro le produce nervios.

Mientras que Aarón tiene inmovilizado parcialmente el brazo izquierdo, fue operado y le pusieron un clavo. También requerirá una cirugía de rodilla, programada para realizarse en un mes.

“Tuve desgarre de tendones y una fractura de hueso; no sé cómo se le llame, pero entre los huesos hay un cojincito, entonces se me reventó y tengo agua en la rodilla y un moretonsísimo. Tuve un golpe en el pecho y por ese golpe se me empezaron a hacer coágulos en los pulmones”.

Aarón recuerda que iba sobre el hombre de Adriana escuchando música al momento del accidente. Estaban a unos segundos de bajar del Metro en la estación Olivos.

“Recuerdo como un fuerte sonido; sólo sentimos que el Metro se elevó, brincamos de donde veníamos sentados y entonces se escuchó el golpe, yo me quede inconsciente no sé cuándo tiempo”, recuerda el chico de 21 años.

Quedó tirado entre muchas personas dentro de uno de los dos vagones que se precipitaron.

“Tenía gente en las piernas; no me dejaban parar. Entre los quejidos de la gente escucho que gritan mi nombre y ya grito igual el nombre de mi novia, le dije: ¿Betty? y se acerca y la veo toda ensangrentada de la cara. Le digo: ¿estás bien? y me dice ’sí’; le digo ¿puedes caminar? y me dice ‘sí, sí puedo’ y le digo ‘pues ya vete’”.

Adriana que sí podía moverse fue ayudada a salir del vagón y sentada en la banqueta, la encontró la tía de Aarón, que vive muy cerca de la zona cero; justo iban a su casa para un curso que tomarían por la mañana y quedaba cerca de ahí.

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