Presenta Marcelo Ebrard su libro El Camino de México; proyecto de un país con desarrollo para todos
COMUNICADO
Marcelo Ebrard presentó su libro El camino de México en el que cuenta su trayectoria política de más de 40 años en el servicio público y su historia personal que lo lleva a aspirar a convertirse en el próximo presidente de México
Destacó que “Tenemos todo para tomar esa oportunidad, rescatar la grandeza de México y estar a tiempo para que nuestro país cambie para siempre, que no tengamos pobreza extrema y que seamos un país, sí de clase media, una clase media mayoritaria, eso es lo que debemos de ser”, dijo el canciller, quien estuvo acompañado por familiares, amigos, funcionarios y excolaboradores.
El funcionario dijo que el libro es un ejercicio de transparencia en el que resume los costos que ha enfrentado por defender lo que cree y ser congruente entre lo que piensa y lo que hace.
“Nos hemos preparado 42 años, lo que les comparto es lo que he aprendido a lo largo de mi trayectoria”, comentó.
Ebrard destacó su relación desde hace 23 años con Andrés Manuel López Obrador y la coincidencia en sus causas como el combatir la desigualdad en el país.
Recibido en el Palacio de Minería, en el centro histórico de la capital con gritos de “¡Pre-si-dente!”, Ebrard encabezó un gran ejercicio de unidad; la escritora Elena Poniatowska, la abogada Leticia Bonifaz Alfonzo y el periodista Ricardo Raphael De La Madrid, comentaron el libro y destacaron la capacidad y experiencia de su autor. Su esposa, Rosalinda Bueso, lo acompañó en todo momento en el templete.
Ebrard precisó que el libro es un “ejercicio de transparencia” que sigue el objetivo de mostrar “lo que tenemos para la contienda que viene”, y que resumió en una frase: “nuestros hechos, nuestra vida, nuestra persona; es lo que ofrecemos, la congruencia”.
“Nosotros creemos en algo, quiero cambiar la realidad, llevo con Andrés Manuel 23 años trabajando y alguien me decía a lo mejor tú eres un moderado y yo le decía ‘no me gusta insultar a la gente, a lo mejor eso me hace moderado, pero soy radical porque quiero cambiar la realidad’”.
Acompañado de su esposa, Rosalinda Bueso y sus hijos, Ebrard escuchó a simpatizantes y amigos que colmaron el patio principal del Palacio de Minería expresando su respaldo con gritos de: “¡Presidente, presidente!”
A lo largo del evento, se construyó la biografía de Ebrard como la de un funcionario público extraordinario, cuyo talento era evidente desde muy temprana edad –desde que empezó a colaborar con Manuel Camacho Solís– y quien supo tomar decisiones justas en los numerosos momentos de crisis que ha atravesado. En otras palabras: un sucesor ideal para López Obrador, con quien el canciller reivindica una amistad de 22 años y suele recordar que le reconoció la victoria en la encuesta interna del PRD para las elecciones de 2006.
Ebrard compartió que ha sido víctima de una persecución por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto por las irregularidades en la Línea 12 del Metro capitalino, la obra emblemática de su administración; aseveró que sufrió ataques de “la presidencia, el SAT, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), todos”, y agregó: “aquí estamos, si fuéramos gente chueca no estaríamos aquí”.
Frente a él escuchaban, atentos, los integrantes de su proyecto de país, incluyendo un grupo importante de diputados federales y senadores, diputados del Partido Verde Ecologista de México (PVEM)–, Santiago Nieto –ex titular de la UIF–, y cientos de ciudadanos de las agrupaciones “Morena Progresista”, “Movimiento Progresista”, “Corazón Abierto”, “Marcelovers” y “Avanzada Nacional”.