Un 23 de mayo en la Villa Sola de la Vega

SLA 2Fausto Frey

*Cuna de las mujeres bellas, como el son de sus chilenas y el inigualable sabor del exquisito mezcal Tobalá

EL pasado 23 de mayo, acudimos a visitar al Sr. de los Milagros, allá en el pueblo natal de mi esposa Inés Ayuso Gijón, el meritito San Miguel Arcángel Sola de la Vega, Oaxaca, cuna de las mujeres bonitas y del son de las chilenas; y tierra del merititito mezcal Tobalá.
 
Contamos con la compañía de mi suegra Raquel Gijón Quiroz, y de mi nuera, Patricia Lucía Santiago Ramírez; y como siempre, gozando de la compañía de mi nieta Dalia Guadalupe, de tres años de edad, que por cierto, al recibir los inclementes rayos del astro rey sufrió de insolación.
 
Al llegar a este maravilloso pueblo, acudimos, de manera inmediata, al templo católico en donde se venera al Sr. de los Milagros, que por cierto, el 24 de este mismo mes se celebró la octava del festejo religioso en honor al Sr. de los Milagros.
 
Recorrimos las diferentes calles, en donde mi esposa de niña gustaba de correr por estas tranquilas y seguras arterias viales, en los cuales se nota aún la testificación de los años ya idos.
 
Más tarde, después de disfrutar de un suculento almuerzo, en los comedores que se encuentran a un lado de la calle principal; nos trepamos a un mototaxi y nos trasladamos al famoso río de Sola de Vega.
 
Este río, luce un caudal respetable y de aguas cristalinas, nada comparado con los escasos afluentes de los ríos que se encuentran en la capital del estado. Que por cierto: se encuentran totalmente contaminados por las descargas de las redes de drenaje de las diversas colonias de Oaxaca de Juárez; y que los gobiernos no hacen algo realmente valedero por ponerle solución a esta infamante contaminación.
 
SOLA 4Pero volviendo a nuestra visita, a Sola de la Vega; les cuento que después de echarnos un baño, en las frías aguas de este hermoso afluente, que se encuentra vigilado por los milenario Sabinos, testigos de las embestidas tan bravas de las avenidas de agua y que debido a su fortaleza han sabido sobrevivir el paso de los años.
 
Pasamos por el lugar conocido como El Cascajo, y mi suegra nos mostró el domicilio en donde vivió parte de su infancia; casa de adobe y techumbre de teja que ahora luce en completo abandono y con mucho orgullo nos dijo: “En el pie de ese sabido (nos mostró el frondoso árbol) lavaba la ropa que Mamatilde me mandaba”.
 
Por cierto, estando en los playones del río, mi suegra recordó un pasaje de su adolescencia, cuando ya era novia de mi suegro Humberto Ayuso Núñez: “Se trepó a ese árbol de mango (nos muestra al árbol que se encuentra a un lado del afluente de este caudaloso río),  para bajar el fruto; y lo logró, solo que al echarse un clavado, para lucirse ante la novia; no le calculó bien y cuando salió del agua estaba todo raspado de la cara, la panza y las rodillas” y ríe doña Raquel, al recordar este pasaje de su vida.
 
Saliendo ya del río, trepamos a la carretera y volvimos a detener a un  mototaxi, para que este servidor y doña Raquel, se treparan de nueva cuenta  a esta unidad de motor debido a que la subida del lugar, conocido como El Cascajo, es bastante pronunciada y debido a mis males no es posible hacerlo a pie.
 
Y nos trepamos al mototaxi, para llegar al domicilio de Agustín Núñez Morales, primo hermano de mi esposa, sobrino de mi suegro; en donde saludamos a su esposa Belém Becerril, y a su cachorro Carlitos Núñez Becerril.
 
Y por supuesto, no faltó el que saboreáramos un rico e inigualable y exquisito mezcal Tobalá, bebida de los dioses cuyo origen es precisamente este pueblo llamado Villa de Sola de la Vega. Que se encuentra a escasos 120 kilómetros, al sur de la capital oaxaqueña, rumbo a la costa.
 
Por cierto, cuando salimos del templo, después de la visita al Sr. de los Milagros, descendimos, a pie por la calle Vega, y nos topamos con un mural que realizó el artista plástico, Francisco Jaciel Calvó, en el año 2013, pintura dedicada al Sr. de los Milagros.
 
Por cierto, les cuento que estando en este famoso pueblo, por sus sones de chilenas, sus mujeres bellas y su mezcal Tobalá, recordé con mucho afecto a mis cuñadas: Patricia; Dora y Gabriela, todas ellas de apellidos Ayuso Gijón. La primera, radica en la capital del país; la segunda, en Los Angeles California, Estados Unidos; y la tercera, en la ciudad de Oaxaca.
 
SOLA 17Recorrimos varios lugares; como fue el palacio municipal; y casi frente al mercado municipal, llamado José María de la Vega, en las escalinatas, nos sentamos para saborear unas ricas tornas de quesillo, de chicharrón y de jamón, que mi suegra, llevaba para mitigar en algo el hambre; porque si el hambre es canija, es más quien la aguata pero este servidor no es de esos.
 
Marcando las manecillas el reloj, las 18 horas, 6 de la tarde, abordamos la unidad de motor de la firma TranSol, que nos trajo de nueva cuenta a nuestro lugar de residencia. A mi suegra, en la colonia Santa Elena, Santa Cruz Xoxocotlán; a mi nuera; y mi nieta, se fueron a Tlacolula de Matamoros, población en donde residen; mi esposa y este servidor, pues nos marchamos a la colonia El Tepeyac, Cuilapam de Guerrero, donde todos ustedes tienen su casa.
 
Por cierto, al despedirme del Sr. de los Milagros, le pedí que me dé chance de volver a este hermoso pueblo en el mes de septiembre cuando se festeja a San Miguel Arcángel, Santo Patrono del pueblo.
 
Por cierto, en el mes patrio, septiembre; sí podrá acompañarnos José Alfredo Sánchez Ayuso, mi cachorro, ya que en esta ocasión no pudo hacerlo debido a su trabajo, pero en septiembre estará de vacaciones y entonces será otra la historia.

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