Si el candidato conociera la humildad…

partidosPor Horacio Corro Espinosa

Las campañas que estamos viviendo hoy, si no me equivoco, son de las primerísimas en la historia del mundo, que se están llevando a cabo como lo exige la tecnología del siglo 21. Hace 6 años apenas, nadie se imaginó qué medios iba a haber para manejar las campañas electorales.

La tecnología humana ha llegado a otros planetas. Por medio de los satélites, la voz y la imagen humana se desplazan a miles de kilómetros en una pequeñísima fracción de segundo. Ellas pueden penetrar a millones y millones de hogares. A través de esos medios nos pueden decir los candidatos lo que piensan y sienten de tal o cual problema o anhelo comunes. Podemos o no creerles, pero les entendemos lo que quieren comunicarnos, entonces se da el principio de diálogo.

Pero, de veras ¿son tan importantes en una campaña electoral las grandes concentraciones, los nutridos desfiles, la estruendosa oratoria mentirosa que escuchamos a lo ancho y lago de la entidad oaxaqueña? Digo, porque durante muchos años, el espectáculo se ha repetido una y otra vez como disco que se raya y no hay el menor aporte de imaginación para decir cosas nuevas. El decir, no va a la par con la tecnológia.

Cada vez es peor. Cada nueva movilización de campañas políticas, el candidato dice y asegura llevar un acercamiento con los ciudadanos en forma respetuosa y humilde, pero la verdad no es cierto. Y lo peor, la gente ya no ve lo malo. Está tan ciega que cree que todo lo malo es bueno.

Hace años, los candidatos realizaban sus campañas de manera modesta y respetuosa. Iban de puerta en puerta —tipo cambaceo— para presentarse personalmente con los vecinos, a los que pensaba gobernar. Esas eran las verdaderas campañas de acercamiento a la gente. En cambio, los candidatos de hoy, sean estos del partido que sean, se sienten unos merecedores del respeto o de la humillación de la gente. Ahora éstos salen a recorrer las calles de su distrito o de su municipio con marmotas banda de música, mujeres rabonas y bocinas gigantes desde donde no sólo invitan, sino que casi exigen a todos los ciudadanos para que salgan a la puerta de su casa a saludar al señor de las importancias. Ese modo tan chocante no pudo haber salido de otra parte más que de sus mismas entrañas.

Eso es lo que traen y sacan los candidatos desde el fondo de su corazón. Eso es lo que se creen, y todo por sus malos pensamientos. Estos candidatos son tan manipulables, tan plastilina, que cualquiera los maneja si le anteponen una alabanza o una lisonja. Los candidatos, del partido que sean, se creen tan importantes que ahora la gente tiene que salir de su casa para ofrecerles el voto. De ese tamaño es la vanidad de muchos de los candidatos.

Es muy cierto eso de que la humildad hace hombres grandes. Si estos candidatos actúan desde hoy así, ¿cómo será su arrogancia cuando lleguen al poder? Si conocieran la humildad no actuarían así. Como no conocen lo que ellos dicen tener: la humildad, su administración será la desobediencia al pueblo, la falta de respeto a la ciudadanía y serán de los que dicen que su palabra es ley.

Por su misma forma de ser, ellos mismos serán los iniciadores de violencias, de engaños, fraudes, raterías, y mostrarán falsas justificaciones. Todo esto llevará  al pueblo puras maldiciones.

Así que cuida tu voto, desde ahorita puedes conocer a tus candidatos.

Twitter:@horaciocorro

horaciocorro@yahoo.com.mx

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