¿Patriotas o Patrioteros?

Por Horacio corro Espinoza

Estamos en el mes de septiembre. Septiembre es el único mes del año donde los mexicanos nos permitimos sentirnos mexicanos. Fuera de este mes cualquier mexicano puede sentirse lo que sea, menos mexicano. Hay sus excepciones, claro.

Quien más, quien menos, ha dicho en alguna ocasión de su vida que “como México no hay dos”. Esto se grita en la cantina, en los bailes, en las peleas de box, de gallos, en las celebraciones de los santos religiosos, en los partidos de fútbol, etc.

En realidad, esa frase de “como México no hay dos”, es cierto. Sólo en este país, México, es donde predomina la discriminación en contra de los judíos, de los indios, de los pobres, de las mujeres, de la provincia, y desde luego, aunque no me lo quieren creer, de lo oaxaqueño.

Podemos ser mexicanos y hablar diferente lengua. Podemos ser mexicanos y vestirnos completamente diferente que el pueblo de junto. Podemos ser mexicanos y tener diferente color de piel.

Para muchos, ser mexicano es vestirnos de verde, blanco y rojo y sabernos el himno nacional. Es recordarse a la mamá durante todo el día y los 365 días del año cuando el fulano no está de acuerdo con nosotros.

México son muchas fotografías juntas. Aquí podemos encontrar mucha gente amolada, con hambre y con ojos muy tristes que son el reflejo de lo que no le gusta hacer pero lo hace. Es gente que no ama a nadie y vive en una frustración constante. Es vivir dentro de ciudades cuadriculadas que circunscriben a los ricos y a los pobres. Es diferenciar entre los que tienen el poder político y económico y los que no tienen nada.

Entonces, se preguntarán ustedes, ¿dónde está nuestro nacionalismo? Nuestro nacionalismo mexicano es tan débil que prefiere apoyarse en sus valores folclóricos, mas no en sus valores históricos o sociales. En el mes de septiembre se ponen todos nuestros valores en nuestra comida, en nuestra música, en nuestra artesanía y hasta en nuestro fútbol.

Los mexicanos nos sentimos tan poca cosa como mexicanos que consumimos y adoramos todo aquello que proviene del exterior: hamburguesas, baguettes, hot dogs, pizzas, spaguetti, sushi; ropa de diseñadores extranjeros; perfumería; escuchamos música en inglés o en español americanizado; preferimos marcas extranjeras y artículos importados.

Cuando consumimos todos estos productos extranjerizantes, creemos que dejamos de ser mexicanos y estamos un escalón arriba de todo lo que huele a mexicano.

¡Cuánta tontería tiene la gente de la cabeza! México es mucho más que un mes y un grito. México somos todos: tus abuelos, tus papás, tus hermanos, tus vecinos, tus compañeros de escuela y de trabajo.

¿Si te crees mexicano, has procurado que los pobres no sean tan pobres? ¿Si te crees mexicano, te has preocupado por nuestros bosques para que sigan existiendo? ¿Si te crees mexicano, te has preocupado por cambiar la imagen negativa de lo oaxaqueño?

Ser mexicano, no son los fervores patrioteros de cada mes de septiembre ni son los tres simples colores de nuestra bandera.

Twitter: @horaciocorro

horaciocorro@yahoo.com.mx

 

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