Mujer demanda a la NASA por un frasco de polvo lunar

CIUDAD DE MÉXICO.

Cuando Laura Cicco tenía alrededor de diez años en la década de 1970, recibió uno de los mejores regalos que cualquier niño podría desear: un frasco de polvo lunar de la primera persona que caminó sobre la Luna, el mismo Neil Armstrong.

Armstrong, un viejo amigo y colega del padre de Cicco, Tom Murray, le regaló el frasco junto con una nota donde le deseaba “la mejor de las suertes”, con su firma y las palabras impresas “Apollo 11”.

Ahora, unos 40 años después, el frasco se ha convertido en el objeto de una demanda contra la NASA, presentada por el abogado de Cicco, Chris McHugh, en Kansas City el miércoles 6 de junio. La demanda es un movimiento preventivo para establecer la propiedad de Cicco sobre el polvo lunar, con el objetivo de evitar que la NASA lo confisque debido a la postura de la agencia en cuanto a que “los civiles no pueden poseer material lunar”, según el archivo.

“El astronauta Neil Armstrong le regaló el frasco de polvo lunar en cuestión a Laura Ann Murray, ahora Laura Murray Cicco, cuando era niña, y ella es la dueña legítima y legal del frasco y su contenido”, afirma la demanda. “No hay ninguna ley en contra de que los civiles posean material lunar. El material lunar no es contrabando. No es ilegal tenerlo o poseerlo”.

Si bien al analizar el polvo resultó que está contaminado con material terrestre, se determinó que era una “muestra lunar probable” según Tom Tague de Bruker Corporation, un fabricante de instrumentos científicos y contratista de análisis industrial. Tague realizó las pruebas de autenticación, de acuerdo con una carta incluida en el archivo del tribunal.

La NASA ha incautado muestras lunares de civiles en el pasado. En 2015, por ejemplo, la abogada de Illinois Nancy Lee Carlson compró una bolsa de polvo lunar del Apollo 11 por sólo $995 dólares en un sitio de incautación del gobierno, y luego la envió a la NASA para su autenticación. La agencia se negó a devolver la bolsa, alegando que era propiedad gubernamental. Carlson, quien también fue representada por el abogado de Cicco, McHugh, ganó su demanda contra la NASA en 2017. Y el año pasado, vendió la bolsa por $1.8 millones de dólares en una subasta.

En otro caso, Joann Davis, la viuda de un ingeniero de la NASA, fue detenida por la NASA como parte de una operación encubierta en 2011. La operación fue orquestada después de que intentara vender un pisapapeles que contenía material lunar, el cual, al igual que el polvo lunar de Cicco, le fue regalado a su familia por Neil Armstrong.

Davis, entonces de 74 años, se reuniría con un comprador potencial en un Denny’s local, pero cuando presentó el pisapapeles, ella y su segundo marido fueron llevados al estacionamiento y detenidos durante dos horas por Norman Conley, un investigador criminal de la Oficina del Inspector General de la NASA. A la pareja ni siquiera se le permitió usar el baño, y Davis se orinó en su ropa. Este tratamiento agresivo fue una de las razones principales por las que Davis ganó una demanda posterior contra la NASA, y por la que recibió una indemnización de $100,000 dólares del gobierno.

Los documentos internos de la NASA obtenidos por Jason Koebler de Motherboard, a través de una solicitud apelando a la Ley por la Libertad de la Información en 2015 arrojaron luz sobre el proceso de investigación de la agencia para estos casos de material lunar no catalogado.

Los correos electrónicos que Motherboard obtuvo detallan un caso sobre una roca lunar “del tamaño de una manzana” que fue heredada de un empleado de la Universidad de Texas A&M, quien hizo collares con el material. Las formas de la Oficina del Inspector General de la NASA documentan que la muestra fue “recuperada” por la agencia, y posteriormente se determinó que era de origen terrestre, y no una muestra del Apollo.

No es de extrañar, dados los muchos ejemplos de intentos de incautación, que Cicco esté tratando de adelantarse a la NASA, estableciendo su clara propiedad sobre el frasco de polvo lunar.

Dado que más de 100 muestras lunares de los viajes del Apollo han desaparecido en el último medio siglo, no es probable que sea la última vez que la NASA y los propietarios civiles se enfrenten para determinar quién tiene derecho a poseer un trozo de la Luna.

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