Malas prácticas que afectan tu audición
Si cuando escuchas la televisión necesitas subir el volumen o alguien te habla y entiendes algo totalmente diferente, es muy probable que tengas problemas de audición y estés sufriendo una pérdida.
Nuestra capacidad de oír se produce cuando las ondas sonoras se convierten en señales eléctricas que el cerebro puede interpretar. Algunas personas la pierden por la edad, otras más por estar expuestas a ruidos muy intensos y por malas prácticas auditivas.
Acciones cotidianas que afectan tu audición
Una acción tan rutinaria como limpiarse los oídos puede dañarlos si se hace exageradamente. Esto se debe a que el órgano de la audición cuenta con un sistema natural que empuja el cerumen hacia fuera y, por lo tanto, no se recomienda usar objetos extraños para extraerlo, ni líquidos .
El doctor Salvador Noel Chimal Olivera, de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala de la UNAM, la exposición a sonidos muy fuertes ocasiona dos tipos de traumatismos en el oído.
El primero se conoce como trauma acústico crónico y se presenta cuando una persona está expuesta a sonidos mayores a los 100 o 120 decibeles (como el que se provoca por una sierra mecánica o una perforadora de rocas). Esto se presenta generalmente al cabo de 5 años o más de estar bajo esa intensidad de sonido.
El segundo es el trauma acústico agudo, el cual se presenta cuando una persona se ve expuesta accidentalmente a un ruido muy intenso y de corta duración. Por ejemplo, cuando explota un cuete o se presenta un disparo muy cerca del oído.
¿Cómo prevenir?
Para prevenir la pérdida de la audición se recomienda evitar ruidos intensos y constantes a los que nos exponemos, ya sea por cuestiones laborales o de entretenimiento, sin contar con protecciones auditivas.
Cabe destacar que existen terapias y alternativas para las personas que han perdido la audición, concistentes en audífonos o implantes cocleares.
Actualmente se investigan mecanismos moleculares involucrados en la percepción auditiva y los defectos genéticos relacionados, con la esperanza de que en el futuro los avances en medicina regenerativa y terapias génicas puedan ayudar a restablecerla en algunos casos.
