“Lucy y el monstruo”, ¿cuento ‘enfermo’ no apto para niños?

MILENIO

La escritora Raquel Castro explica qué función tiene la literatura en la formación de los niños y si en verdad el cuento podría perturbar a alumnos de quinto grado.

Un cuento del escritor mexicano Ricardo Bernal encendió las luces rojas de algunos usuarios de Twitter y Facebook. “Lucy y el monstruo”, un texto incluido en el libro de Español para quinto grado de la SEP, fue calificado por algunos como “enfermo, retorcido, perturbador, creepy”, entre varios adjetivos más defendidos por uno de los bandos

. En el otro extremo del cuadrilátero, hubo quienes ofrecieron interpretaciones y argumentos a favor de la pertinencia de este tipo de narraciones en los libros de texto.

¿De qué trata “Lucy y el monstruo”?

Es una narración epistolar conformada por dos cartas: en la primera, Lucy se despide del monstruo que la ha aterrado durante mucho tiempo. Le explica que ya no le teme más, porque su padre le ha asegurado que no existe. En la segunda carta —con una mezcla de ira y tristeza—, el monstruo reclama que Lucy lo haya olvidado, pues su propia existencia depende de un niño que piense en él. [Puedes leer el cuento al final de este texto]

​En un post de Facebook, el autor explicó el contexto en que fue escrito el cuento.

“Escribí ‘Lucy y el monstruo’ en 1990. No fue pensado como cuento infantil; de hecho se trató de una tarea para la Escuela de Escritores de SOGEM, donde la maestra Aline Pettersson nos encargó escribir un cuento epistolar”.

“En 2014 —agrega—, algunos profesores de la Escuela Mexicana de Escritores fueron invitados por la SEP a formar parte del comité de selección para los libros de texto: se decidió incluir “Lucy y el monstruo” en el libro Español, lecturas de quinto. Se hizo un contrato y cuando me preguntaron por mis honorarios, mi respuesta fue: cero pesos, pues me pareció justo regalar ese cuento a los niños de México.

¿Miedo a la literatura?

Ante esta situación, nos preguntamos: ¿es un error dejar que los niños lean literatura fantástica, de horror o relacionada con temas sensibles?

Para responder a esa pregunta, MILENIO entrevistó a la escritora Raquel Castro, que ha dedicado buena parte de su carrera a la literatura infantil y juvenil.

“Muchos adultos olvidamos que la función primordial de la literatura no es formar en valores sino deleitar”, explica la autora de la novela Ojos llenos de sombra.

“Independientemente de nuestro deseo de meter a los niños en una burbuja donde no se enteren de nada, ellos están en contacto con las noticias, la violencia y los horrores cotidianos. No podemos evitar que se enteren, pero sí podemos guiarlos a que aprendan a relacionarse con lo que les inquieta, espanta o entristece”.

“La literatura permite explorar temas complicados desde un lugar ‘a salvo’. Abre oportunidades para hablar de temas difíciles de abordar, como el miedo a la oscuridad o a los monstruos”.

RAQUEL CASTRO Escritora

 

Para Raquel, que ha escrito historias como “A qué le tienes miedo?”, El monstruo en el árbol y Dark Doll, “a los 11 años [los niños] ya distinguen perfecto la realidad de la ficción y pueden disfrutar una historia como ‘Lucy y el monstruo’, relacionándola con una etapa previa (cuando creían en monstruos o temían a la oscuridad), lo que les permite, además, comprobar su propio crecimiento, su propia maduración emocional”.

Eso no significa que los adultos deban desentenderse del contenido —no sólo literario— con el que se relacionan los niños.

“No se trata de recetarles obras y esperar que los textos los ‘eduquen’ o ‘formen’: hace falta la guía del adulto —docente, padre o madre— que haga con ellos el ejercicio de recepción crítica. No sólo de cuentos, también de películas, videojuegos y, ultimadamente, hechos reales”, concluye la escritora.

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